Como siempre, es bueno comenzar el tema con un vídeo orientativo, sobre la guerra civil española hay numerosos vídeos. Muy recomendables son los de Granada TV:
1.
LA SUBLEVACIÓN MILITAR. DESARROLLO DE LA GUERRA CIVIL, PRIMERAS ACCIONES E
INTERNACIONALIZACIÓN DEL CONFLICTO.
2. LA GUERRA CIVIL: EVOLUCIÓN EN LAS DOS ZONAS Y SUS
CONSECUENCIAS.
LA
SUBLEVACIÓN MILITAR. DESARROLLO DE LA GUERRA CIVIL, PRIMERAS ACCIONES E
INTERNACIONALIZACIÓN DEL CONFLICTO.
El estallido de un conflicto armado que se prolongó
entre el 18 de julio de 1936 y el 1 de abril de 1939 fue consecuencia de un
golpe militar fracasado en el seno de una sociedad profundamente dividida.
1
LA
SUBLEVACIÓN MILITAR Y LA INTERNACIONALIZACIÓN DEL CONFLICTO
1.1
CAUSAS
DE LA GUERRA
Podemos dividir las causas de la
guerra en:
·
Causas estructurales: las reformas que se realizaron en la
II República fueron la base de los principales conflictos que enfrentaron a las
distintas clases sociales: la reforma agraria y la resistencia de los
terratenientes; el aspecto social y laboral de las leyes de trabajo
republicanas; la secularización de la sociedad, el problema educativo; la
organización del Estado (nacionalismos) y la excesiva presencia del ejército en
la vida política.
·
Causas coyunturales: ligadas a la crisis económica de
1932. El descontento de la izquierda (lentitud de la reforma agraria) y de la
derecha ante las reformas. Tensiones sociales ante la revocación de las
reformas durante los gobiernos radical-cedistas, la revolución de 1934. Todo
enmarcado en un contexto europeo de ascenso y expansionismo de los
totalitarismos (Alemania e Italia) y de movilizaciones comunistas.
· Causas desencadenantes: el elemento
fundamental es la existencia de una conspiración con militares, falangistas,
carlistas y monárquicos que se preparaba para un golpe armado. Esta
conspiración se aceleró con el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936 y
estuvo orquestada por el general Mola, encargado de la coordinación militar.
Las muertes del teniente Castillo, socialista, el 12 de julio de 1936,
probablemente a manos de falangistas; y la de José Calvo Sotelo al día
siguiente por sindicalistas, sirvió como detonante. Una vez producido el
levantamiento militar, su propio fracaso en las principales ciudades por la
reacción de las milicias obreras hizo que se transformase en Guerra Civil.
1.2 LA SUBLEVACIÓN MILITAR
El 17 de julio de 1936 se inició la
sublevación en la guarnición de Melilla, Ceuta y Tetuán. Franco voló desde
Canarias a Marruecos para ponerse al frente del Ejército de África. Casares
Quiroga, jefe del Gobierno, no comprendió la magnitud de la rebelión,
dimitiendo días después.
Entre los días 18 y 19 de julio se
incorporaron al golpe: Sevilla (Queipo de Llano), la mayor parte de Castilla-León,
Córdoba, Granada, Navarra (Mola), la parte occidental de Aragón y Zaragoza,
Galicia, Oviedo, Canarias y Baleares (excepto Menorca).
Azaña y Martínez Barrio, para evitar la guerra, ofrecieron a Mola un gobierno de concentración que rechazó.
Azaña y Martínez Barrio, para evitar la guerra, ofrecieron a Mola un gobierno de concentración que rechazó.
El fracaso del levantamiento en julio
de 1936 en las principales ciudades, especialmente Madrid, Barcelona y los
grandes núcleos industriales del norte (Asturias, Vizcaya y Guipúzcoa), parte
de Aragón, Levante, Andalucía oriental, Castilla-La Mancha. Los fracasos más
graves se produjeron en Barcelona y Madrid: en Barcelona, la CNT, apoyada por
la Guardia Civil, se enfrentó al general Goded. En Madrid, los golpistas
(general Fanjul) se atrincheraron en el Cuartel de la Montaña. Tras entregar
José Giral armas a las milicias obreras, comenzó su asalto el día 20, siendo
reducido rápidamente. Por la reacción armada de las organizaciones sindicales y
de izquierda y la fidelidad al Gobierno de parte del ejército, provocó la
conversión de aquel golpe de Estado en una guerra civil que duro casi tres años.
Una vez eliminados los focos de
sublevados de Madrid, Barcelona y San Sebastián, la República consiguió
mantener la porción más importante del territorio y la fidelidad de buena parte
de la Guardia Civil y el Ejército, especialmente de la Armada y la Aviación.
Un breve análisis de la relación de fuerzas:
Un breve análisis de la relación de fuerzas:
- Territorialmente: división de
España en dos grandes zonas.
- Económicamente: la República
mantenía el campo manchego, la industria vasca y las reservas de oro mientras
los rebeldes el cereal castellano, el carbón leonés, las minas de Rio Tinto y
un soporte exterior alemán.
- Militarmente: Aviación, Marina y
buena parte del ejército junto a la República, a pesar del problema de que gran
parte de los oficiales se sublevaron (eso supone no tener cuadros de mando),
los sublevados contaban con divisiones íntegras en Castilla, Galicia y
Andalucía, y sobre todo con el ejército de África, el mejor equipado y
entrenado.
1.3 CONTEXTO INTERNACIONAL
Aunque la opinión democrática mundial
estuvo a favor de la República, la guerra de España provocó el temor de una 2ª
Guerra Mundial, por lo que se aisló el conflicto. La República acusaba una
tremenda soledad.
El aislamiento fue promovido,
principalmente, por Gran Bretaña, que defendió una política de apaciguamiento
ante la Alemania nazi, con el fin de evitar un conflicto. Obligó a Francia a
crear un Comité de No
Intervención, ya que si
ayudaba a la República, no le apoyaría ante un ataque de Hitler. Dicho comité
se fundó en Londres en 1936, asociándose 27 países. Esta política fue una de
las causas de la derrota de la República, porque Francia y Gran Bretaña no
impidieron que Alemania e Italia colaborasen con Franco.
La República contó con los siguientes apoyos:
·
Unión Soviética: envió suministros y ayuda militar
(reservas del oro de España).
·
Brigadas Internacionales: llegan de un movimiento mundial de
solidaridad antifascista, unos 60.000 voluntarios, la mayoría obreros
comunistas, y fueron de gran ayuda en tropas hasta su retirada en noviembre de
1938.
·
No
se puede olvidar la solidaridad de México.
Pese a estos apoyos, la República
estaba en clara desventaja con respecto a los rebeldes. El bando nacional contó con la siguiente ayuda:
·
Alemania: Hitler envió a Franco tropas de
aviación (legión Cóndor) e industria militar. Cobertura naval y aérea, material
bélico y apoyo diplomático.
·
Italia: Mussolini aportó 80.000 hombres del
Corpo di Truppe Volontarie.
·
Portugal: envió fuerzas de voluntarios (viriatos)
y sus puertos sirvieron para que la petrolera TEXACO mandara combustible por
mar.
·
EE.UU.: a pesar de su neutralidad, colabora con el bando
nacional abasteciéndole de petróleo (Texaco) y camiones (Ford y General
Motors).
·
No
hay que olvidar los marroquíes integrados en el Ejército franquista.
2 DESARROLLO DE LA GUERRA CIVIL
La sublevación militar del 18 de
julio provocó, en un primer momento, la división de España en dos zonas: una
controlada por los rebeldes y otra por el gobierno de la República.
→ Rebeldes. Controlaban Canarias,
protectorado marroquí, Cáceres, Castilla y León, La Rioja, Navarra, Galicia, la
isla de Mallorca y la costa desde Cádiz al estrecho de Gibraltar.
→ Republicanos. Dominaron el resto
del país, es decir, las principales zonas industriales (Cataluña y la franja cantábrica)
y grandes ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia.
2.1. LA MARCHA HACIA MADRID: LA GUERRA DE COLUMNAS (JULIO-NOVIEMBRE DE 1936)
Esta primera etapa gira en torno al
intento de los sublevados de tomar Madrid, objetivo primordial, y su posterior
fracaso. Es la fase “miliciana”, ya que las tropas republicanas se componen de
milicias políticas voluntarias de partidos y sindicatos de izquierdas.
El avance de los sublevados es continuo.
En el Sur, Queipo de Llano controlaba Sevilla, Córdoba, Ronda y Granada, y el
ejército africano, liderado por Franco, se trasladó a la Península (ayuda aérea
italiana). Dirigidos por Yagüe, los legionarios se desvían a conquistar
Badajoz, y Franco se detiene a “liberar” Toledo (donde resistían los sublevados
en el Alcázar bajo las órdenes de Moscardó), permitiendo la llegada de material
a Madrid. En el norte, Mola ocupa Irún y San Sebastián, y se dirige hacia
Madrid por Somosierra. En el frente de Aragón, los rebeldes controlaban las tres
capitales: Zaragoza, Huesca y Teruel, por lo que fue imposible unir las fuerzas
de los republicanos de Barcelona a las de Madrid.
2.2 LAS BATALLAS POR MADRID. "NO PASARÁN". MÁLAGA.
El día 18 de octubre comenzaba una operación de tenaza sobre la capital, desde
el sur y el oeste. Ante esto, el Gobierno abandonó la capital rumbo a Valencia
y se constituyó la Junta de Defensa de
Madrid, presidida por Miaja y Rojo.
La superioridad militar de los
rebeldes (apoyo aviación alemana) hace pensar la pronta caída de Madrid, pero
Madrid resiste, el dispositivo del teniente Vicente Rojo (jefe del Estado
Mayor), la organización de los sindicatos, los partidos y el pueblo de Madrid,
sumada a la llegada de los primeros carros soviéticos, las primeras Brigadas
Internacionales y la columna anarcosindicalista de Durruti. Ante la resistencia
(Batalla de la Ciudad Universitaria), Franco cambia de estrategia y cerca la
ciudad por los flancos:
- Por el Norte, Somosierra, y por el
Noroeste, cortan la carretera de la Coruña.
- Este. Batalla del Jarama (feb. de
1937): tras 20.000 bajas en cada bando, ni sublevados ni republicanos ganan
terreno. Aunque los republicanos salvan la carretera de Valencia.
- Noreste. Batalla de Guadalajara
(marzo de 1937), el ejército italiano sufrió una derrota a manos del nuevo
Ejército Popular de la República.
Entonces, Franco abandona toma de
Madrid. A pesar de ello, los rebeldes siguen sumando territorios con la conquista
de Málaga en febrero de 1937. La represión fue brutal: 3.500 personas fusiladas
sin juicio previo.
2.3 EL FRENTE NORTE (ABRIL-OCTUBRE DE 1937). BRUNETE Y BELCHITE.
Tras su fracaso en Madrid, el bando
nacional se centra en conquistar la zona norte industrial de la Península. El
primer objetivo fue el País Vasco, la legión Cóndor nazi bombardeó Guernica el
26 de abril de 1937. Poco después Mola
muere en un accidente (3 junio) y Bilbao cae el 19 junio sin que su fuerte
industria sufriera daños, clave para potenciar al ejército sublevado.
La República, para aliviar la presión
militar sobre el norte, abrió un nuevo frente con la batalla de Brunete
(Madrid, julio de 1937) y la de Belchite (agosto-septiembre de 1937). Estas
ofensivas no evitaron que los sublevados acabaran la conquista del norte en
octubre del 1937, lo que permitió que una zona industrial y minera de primera
importancia pasase a manos de los sublevados.
2.4. EL FRENTE ESTE: CONTRAATAQUE REPUBLICANO-OFENSIVA SOBRE TERUEL.
Tomado el norte, la idea de atacar
intensamente Madrid volvió a estar presente en la estrategia militar de Franco.
Pero el ejército republicano tomó la iniciativa y a finales de 1937 se apoderó
de Teruel (8 enero 1938). Franco, que pretendía atacar Madrid de nuevo, envió
125.000 soldados a recuperar la ciudad, lo que se consiguió en febrero de 1938.
Fue una de las batallas más crueles, de nuevo la superioridad artillera y de
aviación del ejército sublevado fue decisiva. Para la República fue un duro
golpe, el gobierno empieza a dividirse (Prieto dimite de Ministro de Defensa
Nacional).
2.5. LA GUERRA EN 1938. CAMPAÑAS DE ARAGÓN Y LEVANTE.
2.5. LA GUERRA EN 1938. CAMPAÑAS DE ARAGÓN Y LEVANTE.
Franco optó por una ofensiva general
en el frente de Aragón y, atravesando el Maestrazgo, llegó al Mediterráneo en
Vinaroz (Castellón) en abril de 1938. El territorio republicano volvía a estar
dividido en dos zonas.
En esta situación, de nuevo, Franco
podía haber atacado Barcelona y acercarse a la frontera francesa, sin embargo,
de nuevo, opta por la guerra larga, Madrid y Barcelona para el final, quiere
consolidar su poder político, se decide por abrir otro frente en Levante, desde
mayo de 1938, las tropas franquistas se dirigen a Valencia, al igual que en
Madrid, Franco fracasa.
Para combatir la llegada al
Mediterráneo, la República preparó un ataque de gran envergadura, la Batalla
del Ebro (julio-nov. 1938), donde agotó sus últimas reservas. El 25 de julio de
1938, las fuerzas republicanas atravesaron el río Ebro y atacaban Mequinenza y
Amposta. Negrín buscaba alargar el conflicto en espera de la guerra en
Europa.
Franco envió gran cantidad de
refuerzos y detuvo el ataque en Gandesa. Los nacionales contraatacaron y los
republicanos se replegaron a la otra orilla del río. La ofensiva republicana en
el Ebro fracasó; no obstante, a pesar de la inferioridad militar del ejército
republicano se mantuvo el frente durante cuatro meses (julio-noviembre de
1938).
La batalla fue desde las más
cruentas, con unas 30.000 bajas franquistas y el doble republicanas.
La batalla del Ebro tuvo otro frente:
el diplomático. Tras la ocupación de los Sudetes por Hitler, Juan Negrín,
intentó convencer a las democracias de crear un frente común contra el
fascismo. Los Acuerdos de Múnich entre Chamberlain (Inglaterra), Daladier
(Francia) y la Alemania nazi sobre esta cuestión se firmaron el 30 de
septiembre, se mantenía la política de apaciguamiento, lo que suponía
desahuciar a la República, en menos de una año estallaría la II Guerra Mundial,
pero por entonces ya el bando nacional había ganado la guerra.
2.6. LA CAÍDA DE CATALUÑA Y EL FIN DE LA GUERRA (DICIEMBRE DE 1938-ABRIL DE 1939).
Tras la victoria del Ebro se produjo
la ofensiva franquista sobre Cataluña, defendida por un ejército maltrecho
(220.000 soldados) y desmoralizado frente a un ejército de 300.000 hombres
experimentados y con medios. Barcelona empieza a sufrir bombardeos diarios. El
26 de enero de 1939 entraron en Barcelona, pocos días después cae Girona.
500.000 personas (incluido Azaña y los gobiernos de la República y la
Generalitat se exilian a Francia). Negrín se exilia pero regresa en enero de
1939, todavía le quedaba a la República el Ejército del Centro, Extremadura y
Levante con 500.000 soldados y la base naval de Cartagena.
Paralelamente se produjo en Madrid
una sublevación contra el gobierno republicano dirigida por el coronel Casado
(jefe del Ejército del Centro) al creer que la influencia de los comunistas en
la República era la causa de la prolongación de la guerra y que sería posible
terminarla mediante una rendición pactada. Tras una dura lucha con las unidades
comunistas, logró controlar Madrid. Sin embargo, Franco no aceptó condición
alguna para la rendición.
El 28 de marzo entraba en Madrid sin
apenas lucha y en los días posteriores se ocupó toda la zona mediterránea. El 1
de abril, Franco firmó el último parte de guerra donde comunicaba su
finalización.
3
EVOLUCIÓN
EN LA ZONA REPUBLICANA
Hasta el fin de la guerra, las
instituciones republicanas siguieron funcionando sobre la base de la pluralidad
y manteniendo la Constitución en vigor. No obstante, el golpe de Estado
fracasado provocó en los territorios leales a la República un proceso de
revolución social que los gobiernos intentaron encauzar centralizando la
dirección de la guerra.
A diferencia de la zona rebelde, la
republicana goza de una diversidad política e ideológica, en torno a dos
posturas enfrentadas:
·
Hacer
primero la revolución social para ganar la guerra: CNT y POUM.
·
Vencer
la guerra y después realizar luego la revolución: PSOE y PCE.
3.1. GOBIERNOS REPUBLICANOS.
El día 18 de julio de 1936, Casares
Quiroga dimite. Le sucedió Martínez Barrio, que fracasó en la negociación con
Mola. Fracasado el intento, Azaña manda formar gobierno exclusivamente
republicano y al frente José Giral (julio-septiembre de 1936), que entregó
armas a las milicias obreras, creando un nuevo ejército.
Gobierno de Largo Caballero (septiembre de
1936 a mayo de 1937).
El gobierno de Giral, compuesto
únicamente por miembros de partidos republicanos era incapaz de frenar la
revolución y las milicias populares no podían combatir con eficacia al ejército
sublevado. En el nuevo gobierno estaban presentes republicanos, socialistas y
comunistas. A comienzos de noviembre, entraron cuatro ministros anarquistas, incluso
la primera ministra de la historia de España, la anarquista Federica Montseny.
El 6 de noviembre el nuevo gobierno se trasladó a Valencia ante la presión
sobre Madrid, dejando una Junta de Defensa.
▪ Objetivos del gobierno de Largo Caballero:
- Reconstruir los poderes del Estado
republicano.
- Encauzar la revolución frenando la
represión.
- Centralización del poder político y
militar (reconstrucción del ejército).
Las realizaciones del gobierno
fueron: creación de un gobierno de coalición antifascista, aprobación del
estatuto de autonomía vasco (1 de octubre), disolución de las juntas y comités,
reguló los consejos que regían los ayuntamientos y diputaciones. Restableció el
orden público, la represión desapareció. No obstante, lo prioritario fue la
formación de un ejército regular, el Ejército Popular de la República a base de
centralizar el mando, militarizar las milicias creando brigadas mixtas
encuadradas dentro del Ejército Popular y un Estado Mayor Central.
▪ ¿Guerra o Revolución?
Hubo enfrentamientos entre las
corrientes de izquierda. Anarquistas y partidarios del POUM se resistían a
incorporarse al ejército regular, priorizaban la revolución sobre la victoria;
el gobierno priorizaba la victoria, antes de hacer las reformas. Esta situación
generó conflictos y tensiones que cristalizaron en Barcelona, en mayo de 1937, murieron
entre 400 y 500 personas, el gobierno de Largo Caballero perdió el apoyo de los
comunistas, de algún sector del PSOE (Indalecio Prieto) y de los republicanos,
ante la negativa del presidente de ilegalizar al POUM.
Gobierno de Juan Negrín (mayo 1937-marzo de
1939).
El nuevo gobierno supuso la pérdida
de poder de los poderes revolucionarios, era un gabinete de concentración
(partidos de la coalición del Frente Popular) con el tándem Prieto-Negrín. Con
todo, su estabilidad dependía del equilibrio entre socialistas y comunistas. El
PCE, que durante la República fue siempre un partido minoritario aumentó su
influencia durante la guerra gracias a su discurso moderado de defensa de la
República Democrática frente a la revolución de anarquistas y troskistas
(POUM), la influencia derivada del apoyo de la URSS a la República y la
movilización política de los comisarios políticos comunistas en el Ejército
Popular de la República.
▪ Realizaciones. El
gobierno Negrín reforzó el ejército, unificó los planes militares e intento
organizar una economía de guerra poniendo fin a la experiencia colectivizadora para
ordenar e incrementar la producción. En política exterior Negrín intentó la
implicación de las potencias democráticas y un cambio en la política de no
intervención, chocando con la política de apaciguamiento y el Acuerdo de Múnich
de 1938.
▪ División y resistencia. Las derrotas de 1938 (en especial tras la última esperanza en la
batalla del Ebro) provocaron la división entre el Azaña (presidente de la
República), Indalecio Prieto (Ministro de Defensa Nacional) y Negrín, los
primeros eran ya partidarios de pactar la rendición con Franco (mediación
franco-británica) mientras que Negrín, planteaba una estrategia de “resistir es
vencer” que tenía su fundamento en el expansionismo nazi que más tarde o
temprano debería hacer a las potencias democráticas despertar. Prieto salió del
gobierno y Negrín, con el apoyo de los comunistas, formó un nuevo gobierno con los
objetivos de los llamados Trece Puntos que presentó ante la Sociedad de
Naciones. Para entonces se perdía Cataluña, faltaban alimentos, el ejército estaba
desmoralizado, Francia y Gran Bretaña reconocían el gobierno de Franco y un
sector, en el que figuraban militares profesionales (Coronel Casado, jefe del
Ejército del Centro) y socialistas como Besteiro o combatientes anarquistas se
inclinaron por la rendición a Franco. El 28 de marzo de 1939 Franco entra en
Madrid, en septiembre Hitler invadía Polonia y Franco ya controlaba toda
España, el principal lastre de la República fue la política de apaciguamiento,
Franco terminó entrando en Madrid, pero luego serían París y Londres las que
conocería los bombardeos.
3.2 LA REVOLUCIÓN SOCIAL: COLECTIVIZACIÓN
Las colectivizaciones fueron el mayor
objeto de debate: mientras la CNT y parte de la UGT inician una revolución
social para implantar la propiedad colectiva de tierras y empresas. Republicanos,
socialistas (PSOE) y comunistas (PCE) opusieron a la revolución la necesidad de
lograr la victoria.
En la revolución social en el campo
se expropiaron cerca de 5.500.000 hectáreas y se crearon 1.600 colectividades.
Las colectividades se desarrollaron fundamentalmente en las zonas
latifundistas: La Mancha, Aragón, Murcia, Andalucía y Extremadura. Los
sindicatos constituyeron igualmente colectividades en las grandes empresas
industriales, ejercieron el control obrero y gestionaron los servicios
públicos, ferrocarriles y transporte urbano.
3.3 LA REPRESIÓN POPULAR
La aparición de poderes
revolucionarios (al margen de la legalidad republicana) provocó la puesta en
marcha de una dura represión. Grupos de milicianos pusieron en marcha una dura
represión contra aristócratas, militares, personas de significación derechista
y religiosos. Especialmente graves resultaron los asesinatos en Paracuellos del
Jarama y en Torrejón de Ardoz de más de 2.000 presos sacados de las cárceles del
Madrid sitiado en noviembre de 1936. La violencia se frenó a finales de 1936
gracias a actitudes como la de Indalecio Prieto (¡No los imitéis! ¡No los
imitéis!) y al esfuerzo de los gobiernos republicanos de restablecer el
orden público, con el fin de dar una buena imagen internacional. Se estiman
unos 50.000 muertos en dicha represión.
4. EVOLUCIÓN EN LA ZONA SUBLEVADA: LA CREACIÓN
DE UN ESTADO TOTALITARIO.
En la zona sublevada, el ejército se
convertiría en el pilar básico del nuevo Estado, anulando la diversidad
ideológica. Las muertes del general Sanjurjo (julio 1936) y del general Mola
(junio 1937) pusieron en primer plano la figura de Franco.
En Burgos, se creó la Junta de
Defensa Nacional (presidida por el general Cabanellas), encargada de la
administración de la zona sublevada. Prohibió la actividad de partidos
políticos y sindicatos, suspendió la Constitución de 1931 y paralizó la reforma
agraria, aplicó la justicia militar, incluso cambió la bandera.
Franco concentró en sí todos los
poderes: jefe del Gobierno, jefe del Estado y Generalísimo (jefe de todos los
ejércitos). Franco formó en Burgos una Junta Técnica de Estado como órgano
consultivo, hasta que en 1938 crea un gobierno. Entre sus realizaciones
destaca:
·
Ceración
de un fuerte Estado de inspiración fascista.
·
Promulgación
del Fuero de Trabajo (inspirado en el nacional-sindicalismo, se prohibieron las
huelgas y reivindicaciones colectivas) y la Ley de Responsabilidades Políticas.
·
Supresión
de la libertad de imprenta (censura), expresión y asociación.
·
Liquidación
de las reformas republicanas: abolición de estatutos de autonomía, de la
legislación laica y educativa, del matrimonio civil y del divorcio.
A continuación, Franco llevó a cabo la
unificación política: falangistas,
carlistas, CEDA y monárquicos fueron unidos en un partido único, el Movimiento
Falange Española Tradicionalista de las JONS (FET de las JONS), movimiento del
que Franco era jefe. La estética fascista acompaño al nuevo movimiento: saludo
fascista, camisa azul falangista, boina roja carlista, etc. Para la mujer, la
Sección Femenina.
Cabe destacar el fuerte apoyo de la Iglesia, que nombró a Franco “Caudillo por Dios
y por España”. La Iglesia definió la guerra como “cruzada por Dios y por
España”. Solo los sacerdotes vascos y los obispos de Tarragona y Vitoria
permanecieron fieles a la República. Franco se convirtió en caudillo por Dios y
su régimen en una dictadura bajo palio, los obispos incorporaban el saludo
fascista a la liturgia.
4.1 LA REPRESIÓN POPULAR
Por último, la zona sublevada
practicó desde el principio de la guerra una sistemática represión, dirigida a
los republicanos con el fin de sembrar el terror y eliminar a los enemigos
políticos e ideológicos. Mientras que la represión republicana se redujo a
finales de 1936 e inicios de 1937, los militares nunca redujeron el ritmo de
represión. De hecho, se mantuvo el estado de guerra hasta 1948. Se estiman unos
130.000 muertos. La represión se dirigió contra las organizaciones vinculadas
al Frente Popular. Sus objetivos eran sembrar el terror y eliminar físicamente
a sus enemigos políticos e ideológicos. Las primeras víctimas fueron sus
compañeros militares y fuerzas de orden público que no secundaron la rebelión,
luego gobernadores civiles, alcaldes, concejales y dirigentes políticos y
sindicales. Encarcelados, torturados y fusilados, la mayoría sin juicio o con juicios
sin garantías. La represión se realizó al compás del avance, Sevilla, Badajoz
(1389 ejecuciones y más de 3800 personas asesinadas), Málaga (3.500 muertos).
Esta represión tuvo medios auxiliares al ejército como las milicias de requetés
o los grupos de jóvenes falangistas.
5. LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA
Uno de los aspectos más
controvertidos del conflicto son las pérdidas humanas: unos 500.000 muertos
entre ambos bandos. La España de Franco era una “inmensa prisión”, donde se
superaban los 300.000, siendo ejecutados entre 35.000 y 50.000.
Otro capítulo lo constituyeron los expulsados de la Administración y de
determinadas profesiones (maestros, médicos…). A ello se suma la gran
cantidad de exiliados que partieron hacia Francia y México, y en menor grado, a
la URSS.
En el terreno económico, se vuelve a
una estructura activa agraria, tras la destrucción masiva del tejido industrial
y buena parte de la red de comunicaciones. Al enorme endeudamiento, se añade la
pérdida del oro del Banco de España. Además, se produjo un descenso de la
producción agraria (20%) e industrial (30%), generando hambre y miseria. Los
grupos beneficiados fueron de nuevo terratenientes, ejército e Iglesia.
Al enorme endeudamiento causado por
la guerra (se ha cifrado en unos 300.000 millones de pesetas) hay que añadir la
pérdida del oro del Banco de España. Además se produjo un descenso de la
producción agraria (20%) e industrial (30%), el nivel de renta per cápita cayó,
recuperándose en 1952, lo que provocó hambre y miseria.
Queda, por último, el efecto moral. El sufrimiento durante los años de la guerra, la
represión posterior, el clima de revancha y la imposición de una escala de
valores unilateral, dejaron marcadas varias generaciones. Fue un tiempo de
silencio.
Catástrofe cultural. La mayoría de los intelectuales tuvieron que exiliarse, la lista es
amplia: J. Ramón Jiménez, Antonio Machado, Alberti, Pedro Salinas, Picasso,
Miró, Buñuel. Otros murieron en la guerra o víctimas de la represión, los casos
más notorios fueron los de Federico García Lorca (fusilado en 1936 por
militares sublevados) y Miguel Hernández (cárcel de Alicante en 1942).
6. LA GUERRA CIVIL EN CASTILLA-LA MANCHA
El 18 de julio de 1936 se sublevaron,
Albacete y Guadalajara (fracasando en ambas) y Toledo, donde los sublevados se
vieron sitiados en su Alcázar hasta la intervención de Franco en septiembre de
1936. Castilla-La Mancha fue un territorio de retaguardia, fiel a la República.
Como acontecimientos, cabe destacar:
la “liberación” de Toledo por Franco, la cercanía a la batalla del Jarama, la
batalla de Guadalajara y Albacete como centro de formación de las Brigadas
Internacionales. En marzo de 1939, las tropas franquistas ocuparán Castilla-La
Mancha.
En cuanto a la represión, la republicana afectó a militantes de la CEDA,
falangistas, propietarios agrarios, sacerdotes y gente común que fueron sacados
de sus casas y ejecutados; alrededor de 8.000 muertos. Tras la conquista
franquista, se estiman unos 2.000 muertos, entre socialistas, republicanos y
maestros de izquierdas.
En cuanto a la sociedad y economía, hubo subida de precios y falta de dinero. Fueron notables las colectivizaciones: 2,5 millones de hectáreas colectivizadas, así como industrias e instalaciones mineras. Todo ello unido a un hundimiento de la producción que perjudicó los esfuerzos de guerra del bando republicano durante la misma.
En cuanto a la sociedad y economía, hubo subida de precios y falta de dinero. Fueron notables las colectivizaciones: 2,5 millones de hectáreas colectivizadas, así como industrias e instalaciones mineras. Todo ello unido a un hundimiento de la producción que perjudicó los esfuerzos de guerra del bando republicano durante la misma.
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