miércoles, 27 de abril de 2022

LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936-1939)

Como siempre, es bueno comenzar el tema con un vídeo orientativo, sobre la guerra civil española hay numerosos vídeos. Muy recomendables son los de Granada TV: 







  
Nuestra presentación la puedes bajar de aquí




En esta unidad debemos desarrollar dos epígrafes:
1. LA SUBLEVACIÓN MILITAR. DESARROLLO DE LA GUERRA CIVIL, PRIMERAS ACCIONES E INTERNACIONALIZACIÓN DEL CONFLICTO.
2. LA GUERRA CIVIL: EVOLUCIÓN EN LAS DOS ZONAS Y SUS CONSECUENCIAS.

LA SUBLEVACIÓN MILITAR. DESARROLLO DE LA GUERRA CIVIL, PRIMERAS ACCIONES E INTERNACIONALIZACIÓN DEL CONFLICTO.


El estallido de un conflicto armado que se prolongó entre el 18 de julio de 1936 y el 1 de abril de 1939 fue consecuencia de un golpe militar fracasado en el seno de una sociedad profundamente dividida.

1      LA SUBLEVACIÓN MILITAR Y LA INTERNACIONALIZACIÓN DEL CONFLICTO

1.1     CAUSAS DE LA GUERRA

Podemos dividir las causas de la guerra en:
·        Causas estructurales: las reformas que se realizaron en la II República fueron la base de los principales conflictos que enfrentaron a las distintas clases sociales: la reforma agraria y la resistencia de los terratenientes; el aspecto social y laboral de las leyes de trabajo republicanas; la secularización de la sociedad, el problema educativo; la organización del Estado (nacionalismos) y la excesiva presencia del ejército en la vida política.
·        Causas coyunturales: ligadas a la crisis económica de 1932. El descontento de la izquierda (lentitud de la reforma agraria) y de la derecha ante las reformas. Tensiones sociales ante la revocación de las reformas durante los gobiernos radical-cedistas, la revolución de 1934. Todo enmarcado en un contexto europeo de ascenso y expansionismo de los totalitarismos (Alemania e Italia) y de movilizaciones comunistas.
·   Causas desencadenantes: el elemento fundamental es la existencia de una conspiración con militares, falangistas, carlistas y monárquicos que se preparaba para un golpe armado. Esta conspiración se aceleró con el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936 y estuvo orquestada por el general Mola, encargado de la coordinación militar. Las muertes del teniente Castillo, socialista, el 12 de julio de 1936, probablemente a manos de falangistas; y la de José Calvo Sotelo al día siguiente por sindicalistas, sirvió como detonante. Una vez producido el levantamiento militar, su propio fracaso en las principales ciudades por la reacción de las milicias obreras hizo que se transformase en Guerra Civil.




1.2     LA SUBLEVACIÓN MILITAR

El 17 de julio de 1936 se inició la sublevación en la guarnición de Melilla, Ceuta y Tetuán. Franco voló desde Canarias a Marruecos para ponerse al frente del Ejército de África. Casares Quiroga, jefe del Gobierno, no comprendió la magnitud de la rebelión, dimitiendo días después.
Entre los días 18 y 19 de julio se incorporaron al golpe: Sevilla (Queipo de Llano), la mayor parte de Castilla-León, Córdoba, Granada, Navarra (Mola), la parte occidental de Aragón y Zaragoza, Galicia, Oviedo, Canarias y Baleares (excepto Menorca). 




Azaña y Martínez Barrio, para evitar la guerra, ofrecieron a Mola un gobierno de concentración que rechazó.
El fracaso del levantamiento en julio de 1936 en las principales ciudades, especialmente Madrid, Barcelona y los grandes núcleos industriales del norte (Asturias, Vizcaya y Guipúzcoa), parte de Aragón, Levante, Andalucía oriental, Castilla-La Mancha. Los fracasos más graves se produjeron en Barcelona y Madrid: en Barcelona, la CNT, apoyada por la Guardia Civil, se enfrentó al general Goded. En Madrid, los golpistas (general Fanjul) se atrincheraron en el Cuartel de la Montaña. Tras entregar José Giral armas a las milicias obreras, comenzó su asalto el día 20, siendo reducido rápidamente. Por la reacción armada de las organizaciones sindicales y de izquierda y la fidelidad al Gobierno de parte del ejército, provocó la conversión de aquel golpe de Estado en una guerra civil que duro casi tres años.





Una vez eliminados los focos de sublevados de Madrid, Barcelona y San Sebastián, la República consiguió mantener la porción más importante del territorio y la fidelidad de buena parte de la Guardia Civil y el Ejército, especialmente de la Armada y la Aviación.




Un breve análisis de la relación de fuerzas:
- Territorialmente: división de España en dos grandes zonas.
- Económicamente: la República mantenía el campo manchego, la industria vasca y las reservas de oro mientras los rebeldes el cereal castellano, el carbón leonés, las minas de Rio Tinto y un soporte exterior alemán.
- Militarmente: Aviación, Marina y buena parte del ejército junto a la República, a pesar del problema de que gran parte de los oficiales se sublevaron (eso supone no tener cuadros de mando), los sublevados contaban con divisiones íntegras en Castilla, Galicia y Andalucía, y sobre todo con el ejército de África, el mejor equipado y entrenado.









1.3     CONTEXTO INTERNACIONAL

Aunque la opinión democrática mundial estuvo a favor de la República, la guerra de España provocó el temor de una 2ª Guerra Mundial, por lo que se aisló el conflicto. La República acusaba una tremenda soledad.
El aislamiento fue promovido, principalmente, por Gran Bretaña, que defendió una política de apaciguamiento ante la Alemania nazi, con el fin de evitar un conflicto. Obligó a Francia a crear un Comité de No Intervención, ya que si ayudaba a la República, no le apoyaría ante un ataque de Hitler. Dicho comité se fundó en Londres en 1936, asociándose 27 países. Esta política fue una de las causas de la derrota de la República, porque Francia y Gran Bretaña no impidieron que Alemania e Italia colaborasen con Franco.





La República contó con los siguientes apoyos:
·        Unión Soviética: envió suministros y ayuda militar (reservas del oro de España).
·        Brigadas Internacionales: llegan de un movimiento mundial de solidaridad antifascista, unos 60.000 voluntarios, la mayoría obreros comunistas, y fueron de gran ayuda en tropas hasta su retirada en noviembre de 1938.
·        No se puede olvidar la solidaridad de México.
Pese a estos apoyos, la República estaba en clara desventaja con respecto a los rebeldes. El bando nacional contó con la siguiente ayuda:
·        Alemania: Hitler envió a Franco tropas de aviación (legión Cóndor) e industria militar. Cobertura naval y aérea, material bélico y apoyo diplomático.
·        Italia: Mussolini aportó 80.000 hombres del Corpo di Truppe Volontarie.
·        Portugal: envió fuerzas de voluntarios (viriatos) y sus puertos sirvieron para que la petrolera TEXACO mandara combustible por mar.
·        EE.UU.: a pesar de su neutralidad, colabora con el bando nacional abasteciéndole de petróleo (Texaco) y camiones (Ford y General Motors).
·        No hay que olvidar los marroquíes integrados en el Ejército franquista.



2      DESARROLLO DE LA GUERRA CIVIL

La sublevación militar del 18 de julio provocó, en un primer momento, la división de España en dos zonas: una controlada por los rebeldes y otra por el gobierno de la República.
→ Rebeldes. Controlaban Canarias, protectorado marroquí, Cáceres, Castilla y León, La Rioja, Navarra, Galicia, la isla de Mallorca y la costa desde Cádiz al estrecho de Gibraltar.
→ Republicanos. Dominaron el resto del país, es decir, las principales zonas industriales (Cataluña y la franja cantábrica) y grandes ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia.

2.1. LA MARCHA HACIA MADRID: LA GUERRA DE COLUMNAS (JULIO-NOVIEMBRE DE 1936)  

Esta primera etapa gira en torno al intento de los sublevados de tomar Madrid, objetivo primordial, y su posterior fracaso. Es la fase “miliciana”, ya que las tropas republicanas se componen de milicias políticas voluntarias de partidos y sindicatos de izquierdas.
El avance de los sublevados es continuo. En el Sur, Queipo de Llano controlaba Sevilla, Córdoba, Ronda y Granada, y el ejército africano, liderado por Franco, se trasladó a la Península (ayuda aérea italiana). Dirigidos por Yagüe, los legionarios se desvían a conquistar Badajoz, y Franco se detiene a “liberar” Toledo (donde resistían los sublevados en el Alcázar bajo las órdenes de Moscardó), permitiendo la llegada de material a Madrid. En el norte, Mola ocupa Irún y San Sebastián, y se dirige hacia Madrid por Somosierra. En el frente de Aragón, los rebeldes controlaban las tres capitales: Zaragoza, Huesca y Teruel, por lo que fue imposible unir las fuerzas de los republicanos de Barcelona a las de Madrid.





2.2     LAS BATALLAS POR MADRID. "NO PASARÁN". MÁLAGA. 

El día 18 de octubre comenzaba una operación de tenaza sobre la capital, desde el sur y el oeste. Ante esto, el Gobierno abandonó la capital rumbo a Valencia y se constituyó la Junta de Defensa de Madrid, presidida por Miaja y Rojo.
La superioridad militar de los rebeldes (apoyo aviación alemana) hace pensar la pronta caída de Madrid, pero Madrid resiste, el dispositivo del teniente Vicente Rojo (jefe del Estado Mayor), la organización de los sindicatos, los partidos y el pueblo de Madrid, sumada a la llegada de los primeros carros soviéticos, las primeras Brigadas Internacionales y la columna anarcosindicalista de Durruti. Ante la resistencia (Batalla de la Ciudad Universitaria), Franco cambia de estrategia y cerca la ciudad por los flancos:
- Por el Norte, Somosierra, y por el Noroeste, cortan la carretera de la Coruña.
- Este. Batalla del Jarama (feb. de 1937): tras 20.000 bajas en cada bando, ni sublevados ni republicanos ganan terreno. Aunque los republicanos salvan la carretera de Valencia.
- Noreste. Batalla de Guadalajara (marzo de 1937), el ejército italiano sufrió una derrota a manos del nuevo Ejército Popular de la República.
Entonces, Franco abandona toma de Madrid. A pesar de ello, los rebeldes siguen sumando territorios con la conquista de Málaga en febrero de 1937. La represión fue brutal: 3.500 personas fusiladas sin juicio previo.

2.3     EL FRENTE NORTE (ABRIL-OCTUBRE DE 1937). BRUNETE Y BELCHITE. 

Tras su fracaso en Madrid, el bando nacional se centra en conquistar la zona norte industrial de la Península. El primer objetivo fue el País Vasco, la legión Cóndor nazi bombardeó Guernica el 26 de abril de 1937.  Poco después Mola muere en un accidente (3 junio) y Bilbao cae el 19 junio sin que su fuerte industria sufriera daños, clave para potenciar al ejército sublevado.
La República, para aliviar la presión militar sobre el norte, abrió un nuevo frente con la batalla de Brunete (Madrid, julio de 1937) y la de Belchite (agosto-septiembre de 1937). Estas ofensivas no evitaron que los sublevados acabaran la conquista del norte en octubre del 1937, lo que permitió que una zona industrial y minera de primera importancia pasase a manos de los sublevados.







2.4. EL FRENTE ESTE: CONTRAATAQUE REPUBLICANO-OFENSIVA SOBRE TERUEL. 

Tomado el norte, la idea de atacar intensamente Madrid volvió a estar presente en la estrategia militar de Franco. Pero el ejército republicano tomó la iniciativa y a finales de 1937 se apoderó de Teruel (8 enero 1938). Franco, que pretendía atacar Madrid de nuevo, envió 125.000 soldados a recuperar la ciudad, lo que se consiguió en febrero de 1938. Fue una de las batallas más crueles, de nuevo la superioridad artillera y de aviación del ejército sublevado fue decisiva. Para la República fue un duro golpe, el gobierno empieza a dividirse (Prieto dimite de Ministro de Defensa Nacional).

2.5. LA GUERRA EN 1938. CAMPAÑAS DE ARAGÓN Y LEVANTE. 
Franco optó por una ofensiva general en el frente de Aragón y, atravesando el Maestrazgo, llegó al Mediterráneo en Vinaroz (Castellón) en abril de 1938. El territorio republicano volvía a estar dividido en dos zonas.




En esta situación, de nuevo, Franco podía haber atacado Barcelona y acercarse a la frontera francesa, sin embargo, de nuevo, opta por la guerra larga, Madrid y Barcelona para el final, quiere consolidar su poder político, se decide por abrir otro frente en Levante, desde mayo de 1938, las tropas franquistas se dirigen a Valencia, al igual que en Madrid, Franco fracasa.
Para combatir la llegada al Mediterráneo, la República preparó un ataque de gran envergadura, la Batalla del Ebro (julio-nov. 1938), donde agotó sus últimas reservas. El 25 de julio de 1938, las fuerzas republicanas atravesaron el río Ebro y atacaban Mequinenza y Amposta. Negrín buscaba alargar el conflicto en espera de la guerra en Europa. 
Franco envió gran cantidad de refuerzos y detuvo el ataque en Gandesa. Los nacionales contraatacaron y los republicanos se replegaron a la otra orilla del río. La ofensiva republicana en el Ebro fracasó; no obstante, a pesar de la inferioridad militar del ejército republicano se mantuvo el frente durante cuatro meses (julio-noviembre de 1938).
La batalla fue desde las más cruentas, con unas 30.000 bajas franquistas y el doble republicanas.
La batalla del Ebro tuvo otro frente: el diplomático. Tras la ocupación de los Sudetes por Hitler, Juan Negrín, intentó convencer a las democracias de crear un frente común contra el fascismo. Los Acuerdos de Múnich entre Chamberlain (Inglaterra), Daladier (Francia) y la Alemania nazi sobre esta cuestión se firmaron el 30 de septiembre, se mantenía la política de apaciguamiento, lo que suponía desahuciar a la República, en menos de una año estallaría la II Guerra Mundial, pero por entonces ya el bando nacional había ganado la guerra.  

2.6. LA CAÍDA DE CATALUÑA Y EL FIN DE LA GUERRA (DICIEMBRE DE 1938-ABRIL DE 1939). 

Tras la victoria del Ebro se produjo la ofensiva franquista sobre Cataluña, defendida por un ejército maltrecho (220.000 soldados) y desmoralizado frente a un ejército de 300.000 hombres experimentados y con medios. Barcelona empieza a sufrir bombardeos diarios. El 26 de enero de 1939 entraron en Barcelona, pocos días después cae Girona. 500.000 personas (incluido Azaña y los gobiernos de la República y la Generalitat se exilian a Francia). Negrín se exilia pero regresa en enero de 1939, todavía le quedaba a la República el Ejército del Centro, Extremadura y Levante con 500.000 soldados y la base naval de Cartagena.



Paralelamente se produjo en Madrid una sublevación contra el gobierno republicano dirigida por el coronel Casado (jefe del Ejército del Centro) al creer que la influencia de los comunistas en la República era la causa de la prolongación de la guerra y que sería posible terminarla mediante una rendición pactada. Tras una dura lucha con las unidades comunistas, logró controlar Madrid. Sin embargo, Franco no aceptó condición alguna para la rendición.
El 28 de marzo entraba en Madrid sin apenas lucha y en los días posteriores se ocupó toda la zona mediterránea. El 1 de abril, Franco firmó el último parte de guerra donde comunicaba su finalización.





LA GUERRA CIVIL: EVOLUCIÓN EN LAS DOS ZONAS Y SUS CONSECUENCIAS



3      EVOLUCIÓN EN LA ZONA REPUBLICANA

Hasta el fin de la guerra, las instituciones republicanas siguieron funcionando sobre la base de la pluralidad y manteniendo la Constitución en vigor. No obstante, el golpe de Estado fracasado provocó en los territorios leales a la República un proceso de revolución social que los gobiernos intentaron encauzar centralizando la dirección de la guerra.
A diferencia de la zona rebelde, la republicana goza de una diversidad política e ideológica, en torno a dos posturas enfrentadas:
·        Hacer primero la revolución social para ganar la guerra: CNT y POUM.
·        Vencer la guerra y después realizar luego la revolución: PSOE y PCE.

3.1. GOBIERNOS REPUBLICANOS. 

El día 18 de julio de 1936, Casares Quiroga dimite. Le sucedió Martínez Barrio, que fracasó en la negociación con Mola. Fracasado el intento, Azaña manda formar gobierno exclusivamente republicano y al frente José Giral (julio-septiembre de 1936), que entregó armas a las milicias obreras, creando un nuevo ejército.

Gobierno de Largo Caballero (septiembre de 1936 a mayo de 1937).
El gobierno de Giral, compuesto únicamente por miembros de partidos republicanos era incapaz de frenar la revolución y las milicias populares no podían combatir con eficacia al ejército sublevado. En el nuevo gobierno estaban presentes republicanos, socialistas y comunistas. A comienzos de noviembre, entraron cuatro ministros anarquistas, incluso la primera ministra de la historia de España, la anarquista Federica Montseny. El 6 de noviembre el nuevo gobierno se trasladó a Valencia ante la presión sobre Madrid, dejando una Junta de Defensa.
Objetivos del gobierno de Largo Caballero:
- Reconstruir los poderes del Estado republicano.
- Encauzar la revolución frenando la represión.
- Centralización del poder político y militar (reconstrucción del ejército).
Las realizaciones del gobierno fueron: creación de un gobierno de coalición antifascista, aprobación del estatuto de autonomía vasco (1 de octubre), disolución de las juntas y comités, reguló los consejos que regían los ayuntamientos y diputaciones. Restableció el orden público, la represión desapareció. No obstante, lo prioritario fue la formación de un ejército regular, el Ejército Popular de la República a base de centralizar el mando, militarizar las milicias creando brigadas mixtas encuadradas dentro del Ejército Popular y un Estado Mayor Central.
¿Guerra o Revolución?
Hubo enfrentamientos entre las corrientes de izquierda. Anarquistas y partidarios del POUM se resistían a incorporarse al ejército regular, priorizaban la revolución sobre la victoria; el gobierno priorizaba la victoria, antes de hacer las reformas. Esta situación generó conflictos y tensiones que cristalizaron en Barcelona, en mayo de 1937, murieron entre 400 y 500 personas, el gobierno de Largo Caballero perdió el apoyo de los comunistas, de algún sector del PSOE (Indalecio Prieto) y de los republicanos, ante la negativa del presidente de ilegalizar al POUM.

Gobierno de Juan Negrín (mayo 1937-marzo de 1939).
El nuevo gobierno supuso la pérdida de poder de los poderes revolucionarios, era un gabinete de concentración (partidos de la coalición del Frente Popular) con el tándem Prieto-Negrín. Con todo, su estabilidad dependía del equilibrio entre socialistas y comunistas. El PCE, que durante la República fue siempre un partido minoritario aumentó su influencia durante la guerra gracias a su discurso moderado de defensa de la República Democrática frente a la revolución de anarquistas y troskistas (POUM), la influencia derivada del apoyo de la URSS a la República y la movilización política de los comisarios políticos comunistas en el Ejército Popular de la República.
Realizaciones. El gobierno Negrín reforzó el ejército, unificó los planes militares e intento organizar una economía de guerra poniendo fin a la experiencia colectivizadora para ordenar e incrementar la producción. En política exterior Negrín intentó la implicación de las potencias democráticas y un cambio en la política de no intervención, chocando con la política de apaciguamiento y el Acuerdo de Múnich de 1938.
División y resistencia. Las derrotas de 1938 (en especial tras la última esperanza en la batalla del Ebro) provocaron la división entre el Azaña (presidente de la República), Indalecio Prieto (Ministro de Defensa Nacional) y Negrín, los primeros eran ya partidarios de pactar la rendición con Franco (mediación franco-británica) mientras que Negrín, planteaba una estrategia de “resistir es vencer” que tenía su fundamento en el expansionismo nazi que más tarde o temprano debería hacer a las potencias democráticas despertar. Prieto salió del gobierno y Negrín, con el apoyo de los comunistas, formó un nuevo gobierno con los objetivos de los llamados Trece Puntos que presentó ante la Sociedad de Naciones. Para entonces se perdía Cataluña, faltaban alimentos, el ejército estaba desmoralizado, Francia y Gran Bretaña reconocían el gobierno de Franco y un sector, en el que figuraban militares profesionales (Coronel Casado, jefe del Ejército del Centro) y socialistas como Besteiro o combatientes anarquistas se inclinaron por la rendición a Franco. El 28 de marzo de 1939 Franco entra en Madrid, en septiembre Hitler invadía Polonia y Franco ya controlaba toda España, el principal lastre de la República fue la política de apaciguamiento, Franco terminó entrando en Madrid, pero luego serían París y Londres las que conocería los bombardeos.




3.2     LA REVOLUCIÓN SOCIAL: COLECTIVIZACIÓN  

Las colectivizaciones fueron el mayor objeto de debate: mientras la CNT y parte de la UGT inician una revolución social para implantar la propiedad colectiva de tierras y empresas. Republicanos, socialistas (PSOE) y comunistas (PCE) opusieron a la revolución la necesidad de lograr la victoria.
En la revolución social en el campo se expropiaron cerca de 5.500.000 hectáreas y se crearon 1.600 colectividades. Las colectividades se desarrollaron fundamentalmente en las zonas latifundistas: La Mancha, Aragón, Murcia, Andalucía y Extremadura. Los sindicatos constituyeron igualmente colectividades en las grandes empresas industriales, ejercieron el control obrero y gestionaron los servicios públicos, ferrocarriles y transporte urbano.

3.3   LA REPRESIÓN POPULAR

La aparición de poderes revolucionarios (al margen de la legalidad republicana) provocó la puesta en marcha de una dura represión. Grupos de milicianos pusieron en marcha una dura represión contra aristócratas, militares, personas de significación derechista y religiosos. Especialmente graves resultaron los asesinatos en Paracuellos del Jarama y en Torrejón de Ardoz de más de 2.000 presos sacados de las cárceles del Madrid sitiado en noviembre de 1936. La violencia se frenó a finales de 1936 gracias a actitudes como la de Indalecio Prieto (¡No los imitéis! ¡No los imitéis!) y al esfuerzo de los gobiernos republicanos de restablecer el orden público, con el fin de dar una buena imagen internacional. Se estiman unos 50.000 muertos en dicha represión.



4EVOLUCIÓN EN LA ZONA SUBLEVADA: LA CREACIÓN DE UN ESTADO TOTALITARIO.

En la zona sublevada, el ejército se convertiría en el pilar básico del nuevo Estado, anulando la diversidad ideológica. Las muertes del general Sanjurjo (julio 1936) y del general Mola (junio 1937) pusieron en primer plano la figura de Franco.
En Burgos, se creó la Junta de Defensa Nacional (presidida por el general Cabanellas), encargada de la administración de la zona sublevada. Prohibió la actividad de partidos políticos y sindicatos, suspendió la Constitución de 1931 y paralizó la reforma agraria, aplicó la justicia militar, incluso cambió la bandera.
Franco concentró en sí todos los poderes: jefe del Gobierno, jefe del Estado y Generalísimo (jefe de todos los ejércitos). Franco formó en Burgos una Junta Técnica de Estado como órgano consultivo, hasta que en 1938 crea un gobierno. Entre sus realizaciones destaca:
·        Ceración de un fuerte Estado de inspiración fascista.
·        Promulgación del Fuero de Trabajo (inspirado en el nacional-sindicalismo, se prohibieron las huelgas y reivindicaciones colectivas) y la Ley de Responsabilidades Políticas.
·        Supresión de la libertad de imprenta (censura), expresión y asociación.
·        Liquidación de las reformas republicanas: abolición de estatutos de autonomía, de la legislación laica y educativa, del matrimonio civil y del divorcio.
A continuación, Franco llevó a cabo la unificación política: falangistas, carlistas, CEDA y monárquicos fueron unidos en un partido único, el Movimiento Falange Española Tradicionalista de las JONS (FET de las JONS), movimiento del que Franco era jefe. La estética fascista acompaño al nuevo movimiento: saludo fascista, camisa azul falangista, boina roja carlista, etc. Para la mujer, la Sección Femenina.
Cabe destacar el fuerte apoyo de la Iglesia, que nombró a Franco “Caudillo por Dios y por España”. La Iglesia definió la guerra como “cruzada por Dios y por España”. Solo los sacerdotes vascos y los obispos de Tarragona y Vitoria permanecieron fieles a la República. Franco se convirtió en caudillo por Dios y su régimen en una dictadura bajo palio, los obispos incorporaban el saludo fascista a la liturgia.




4.1     LA REPRESIÓN POPULAR

Por último, la zona sublevada practicó desde el principio de la guerra una sistemática represión, dirigida a los republicanos con el fin de sembrar el terror y eliminar a los enemigos políticos e ideológicos. Mientras que la represión republicana se redujo a finales de 1936 e inicios de 1937, los militares nunca redujeron el ritmo de represión. De hecho, se mantuvo el estado de guerra hasta 1948. Se estiman unos 130.000 muertos. La represión se dirigió contra las organizaciones vinculadas al Frente Popular. Sus objetivos eran sembrar el terror y eliminar físicamente a sus enemigos políticos e ideológicos. Las primeras víctimas fueron sus compañeros militares y fuerzas de orden público que no secundaron la rebelión, luego gobernadores civiles, alcaldes, concejales y dirigentes políticos y sindicales. Encarcelados, torturados y fusilados, la mayoría sin juicio o con juicios sin garantías. La represión se realizó al compás del avance, Sevilla, Badajoz (1389 ejecuciones y más de 3800 personas asesinadas), Málaga (3.500 muertos). Esta represión tuvo medios auxiliares al ejército como las milicias de requetés o los grupos de jóvenes falangistas.




5LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA

Uno de los aspectos más controvertidos del conflicto son las pérdidas humanas: unos 500.000 muertos entre ambos bandos. La España de Franco era una “inmensa prisión”, donde se superaban los 300.000, siendo ejecutados entre 35.000 y 50.000.
Otro capítulo lo constituyeron los expulsados de la Administración y de determinadas profesiones (maestros, médicos…). A ello se suma la gran cantidad de exiliados que partieron hacia Francia y México, y en menor grado, a la URSS.
En el terreno económico, se vuelve a una estructura activa agraria, tras la destrucción masiva del tejido industrial y buena parte de la red de comunicaciones. Al enorme endeudamiento, se añade la pérdida del oro del Banco de España. Además, se produjo un descenso de la producción agraria (20%) e industrial (30%), generando hambre y miseria. Los grupos beneficiados fueron de nuevo terratenientes, ejército e Iglesia.
Al enorme endeudamiento causado por la guerra (se ha cifrado en unos 300.000 millones de pesetas) hay que añadir la pérdida del oro del Banco de España. Además se produjo un descenso de la producción agraria (20%) e industrial (30%), el nivel de renta per cápita cayó, recuperándose en 1952, lo que provocó hambre y miseria.
Queda, por último, el efecto moral. El sufrimiento durante los años de la guerra, la represión posterior, el clima de revancha y la imposición de una escala de valores unilateral, dejaron marcadas varias generaciones. Fue un tiempo de silencio.
Catástrofe cultural. La mayoría de los intelectuales tuvieron que exiliarse, la lista es amplia: J. Ramón Jiménez, Antonio Machado, Alberti, Pedro Salinas, Picasso, Miró, Buñuel. Otros murieron en la guerra o víctimas de la represión, los casos más notorios fueron los de Federico García Lorca (fusilado en 1936 por militares sublevados) y Miguel Hernández (cárcel de Alicante en 1942).






6LA GUERRA CIVIL EN CASTILLA-LA MANCHA

El 18 de julio de 1936 se sublevaron, Albacete y Guadalajara (fracasando en ambas) y Toledo, donde los sublevados se vieron sitiados en su Alcázar hasta la intervención de Franco en septiembre de 1936. Castilla-La Mancha fue un territorio de retaguardia, fiel a la República. Como acontecimientos, cabe destacar: la “liberación” de Toledo por Franco, la cercanía a la batalla del Jarama, la batalla de Guadalajara y Albacete como centro de formación de las Brigadas Internacionales. En marzo de 1939, las tropas franquistas ocuparán Castilla-La Mancha.



En cuanto a la represión, la republicana afectó a militantes de la CEDA, falangistas, propietarios agrarios, sacerdotes y gente común que fueron sacados de sus casas y ejecutados; alrededor de 8.000 muertos. Tras la conquista franquista, se estiman unos 2.000 muertos, entre socialistas, republicanos y maestros de izquierdas.

En cuanto a la sociedad y economía, hubo subida de precios y falta de dinero. Fueron notables las colectivizaciones: 2,5 millones de hectáreas colectivizadas, así como industrias e instalaciones mineras. Todo ello unido a un hundimiento de la producción que perjudicó los esfuerzos de guerra del bando republicano durante la misma. 


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