Y el vídeo de Memoria de España, para tener una visión completa.
Nuestra presentación:
Ud18. la dictadura franquista (1939-1975)
En esta unidad estudiamos tres epígrafes:
1. Fundamentos ideológicos y evolución política.
2. Sociedad y economía en el franquismo: de la autarquía al desarrollismo.
3. Represión y oposición política al régimen franquista. El papel de la cultura.
1. FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS Y EVOLUCIÓN POLÍTICA
1. LOS APOYOS DEL FRANQUISMO:
FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS
2. LA EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL RÉGIMEN
2.2. EL NACIONAL-CATOLICISMO (1945-1957)
2.3. LA TECNOCRACIA: EL DOMINIO DEL OPUS DEI
(1957-1969).
2.4. EL
DECLIVE DEL RÉGIMEN (1969-1975)
1. LA SOCIEDAD BAJO LA DICTADURA FRANQUISTA
2. LA EVOLUCIÓN ECONÓMICA
2.4. LA ESPAÑA DEL DESARROLLISMO Y LA CRISIS DE
1973
REPRESIÓN Y OPOSICIÓN POLÍTICA AL RÉGIMEN
FRANQUISTA. EL PAPEL DE LA CULTURA
1
LA
REPRESIÓN
1.1. LA
OPOSICIÓN DURANTE EL SEGUNDO FRANQUISMO (1959-1975)
3. EL
PAPEL DE LA CULTURA
En esta unidad estudiamos tres epígrafes:
1. Fundamentos ideológicos y evolución política.
2. Sociedad y economía en el franquismo: de la autarquía al desarrollismo.
3. Represión y oposición política al régimen franquista. El papel de la cultura.
1. FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS Y EVOLUCIÓN POLÍTICA
La consecuencia de la Guerra Civil fue la
consolidación del régimen dictatorial que los sublevados contra la República
habían empezado a construir desde octubre de 1936. El nuevo régimen dictatorial
estuvo unido a la figura del general Francisco Franco hasta su muerte en 1975;
y es que Franco supo articular a su conveniencia en cada momento histórico (de
ahí que podamos hablar de primer y segundo franquismo) los apoyos políticos que
lo sustentaban.
1. LOS APOYOS DEL FRANQUISMO:
FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS
El
franquismo nació como una dictadura
que consolidó los poderes absolutos de Franco, confirmó el carácter
antidemocrático de las instituciones y continuó la represión de los opositores.
Los rasgos del franquismo más relevantes fueron:
a)
El totalitarismo. El franquismo nació como una dictadura inspirada en el
modelo fascista italiano y alemán. Se suprimió la Constitución de 1931, se
clausuró el Parlamento y se prohibieron los partidos políticos y los
sindicatos. Sólo se permitió la existencia de un partido único y de único
sindicato oficial.
b)
El caudillismo. Franco, investido con el título de caudillo de España,
era el jefe del Estado y, durante muchos años, también fue el presidente del
gobierno. Además el Generalísimo de todos los ejércitos y jefe nacional del
partido.
c) La concepción unitaria y centralista del
Estado. El franquismo abolió los estatutos de autonomía y fomentó la
españolización de la población de los territorios influidos por los
nacionalismos catalán, vasco y gallego.
d)
La represión de la oposición. Se persiguió a los simpatizantes con la
causa republicana y opositores.
e)
El control de los medios de comunicación, sujetos a una rígida censura y
utilizados como aparato de propaganda franquista.
Ideológicamente,
el régimen se cimentó sobre los esquemas difundidos durante la guerra:
→
Anticomunismo: los llamados rojos iban desde republicanos
moderados hasta el PCE, sin distinciones. Con la Guerra Fría el anticomunismo
ganó la simpatía norteamericana.
→
Catolicismo: aparece el término nacionalcatolicismo
para etiquetar el régimen. Dios se hace omnipresente en España. La iglesia
guardián de la moral pública y privada.
→
Tradicionalismo: Mezcla de carlismo y valores militares. Exaltación del
patriotismo.
El
Movimiento Nacional nacido del decreto de Unificación de 1937 era la
organización totalitaria que pretendía ser el único cauce de participación en
la vida pública española. Incluía el Partido Único, FET y de las JONS, los
mandos de los Sindicatos Verticales y todos los cargos públicos del Estado, las
diputaciones provinciales y los municipios.
1.1
LAS
FAMILIAS INSTITUCIONALES O PILARES DEL RÉGIMEN
· El Ejército. Es la base del
régimen. Aporta: el nacional-patriotismo. Ideas como jerarquía, orden,
disciplina y nacionalismo impregnan la sociedad.
· La Falange. Franco se hace
con su liderazgo y la convierte en el partido único al sumarle los carlistas
(Movimiento Nacional). Representa al principio las ideas fascistas italianas en
España. Aporta: nacional-sindicalismo, encuadramiento de la sociedad en
organizaciones que dependen del partido. Además de la Falange, estaban los monárquicos conectados con las élites
económicas y sociales y los tecnócratas
del Opus Dei.
· La Iglesia. Es fundamental
en la legitimación del régimen (Guerra Civil como cruzada). Visión muy
tradicionalista. Recibió del régimen el control de la enseñanza y la censura de
las publicaciones. Se distancia del franquismo en su fase final.
1.2. LAS FAMILIAS POLÍTICAS
· Los monárquicos. Entre ellos están los carlistas (Franco no tiene
intención de darles el trono) y los partidarios de D. Juan de Borbón hijo de
Alfonso XIII que quiere una monarquía constitucional, parlamentaria y choca con
Franco. Franco apoyará a su hijo Juan Carlos, al designarlo su heredero en
1969. Don Juan Carlos de Borbón juró fidelidad a franco y a los principios del
Movimiento.
· Los tecnócratas hicieron su
aparición en la década de 1960, ligados muchos al Opus Dei, técnicos en
economía. Son los artífices del crecimiento económico de los sesenta.
· Los franquistas puros. Se caracterizan por la lealtad inquebrantable
al Caudillo. El representante más importante es Carrero Blanco.
1.3 LA ESTRUCTURA DEL ESTADO
En
enero de 1938 Franco forma su primer gobierno. La estructura política y
doctrina que sustentará al Estado se llamará el Movimiento Nacional. Fue organizando su contenido a través de siete
leyes orgánicas o fundamentales que permitieron la institucionalización del
régimen. A este sistema se denominó “democracia
orgánica”:
· Fuero
del Trabajo (1938). Prohibía el sindicalismo de clase y otorgaba
el monopolio de las relaciones laborales a los sindicatos verticales (empresarios
y trabajadores se integrarían por ramas de producción. La afiliación era
obligatoria).
· Ley
Constitutiva de la Cortes (1942). Establecía Cortes consultivas
no democráticas. Sus miembros (procuradores)
eran elegidos por el poder.
· Fuero de los Españoles (1945). Es una declaración de
derechos y deberes con el objetivo de maquillar la imagen autoritaria del
régimen tras el fin de la Segunda Guerra Mundial.
· Ley
de Referéndum Nacional (1945), que permitía al Jefe del
Estado convocar un referéndum para aprobar leyes.
· Ley
de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947). Definía al
régimen como un reino y autorizaba a Franco a proponer a su propio sucesor, por
lo que quedaba abierta la puerta a la restauración monárquica. No obstante, las
relaciones entre Franco y el sucesor a la corona, Don Juan de Borbón, fueron
bastante lejanas, especialmente tras la publicación del Manifiesto de Lausana en 1945, donde Don Juan declaraba su apoyo a
una transición democrática, a unas Cortes Constituyentes y a una amplia
amnistía. Las relaciones se fueron suavizando, acordando que la educación del
príncipe Juan Carlos se realizara en España.
· La
Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958). Quedaba
formalizado el monopartidismo y se resumía el ideario de la FET y de las JONS.
El Estado se definía como monárquico, católico y tradicional.
· Las leyes fundamentales van a completarse con
la Ley Orgánica del Estado en 1966.
Pensada para asegurar la continuidad del régimen: separó los cargos de jefe de
Estado y presidente del Gobierno, aumentó el número de miembros de las Cortes y
se creó en ellas la figura de los procuradores familiares.
2. LA EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL RÉGIMEN
Al
concluir la Guerra Civil, Franco no quiso establecer una dictadura militar
transitoria como el general Mola. Su intención fue la de crear un nuevo estado
que desterrara toda idea de liberalismo y de democracia liberal y, más aún, de
comunismo.
2.1. LA ETAPA AZUL O PREDOMINIO DE FALANGE
(1939-1945).
Durante
los años 40, Franco consolidará su poder, aunque en el exterior sufra un
aislamiento. En el primer gobierno de la dictadura, tras la victoria en la
guerra civil, participaron todas las familias políticas del régimen (militares,
falangistas, tradicionalistas y católicos). No obstante, hay un predominio de la Falange, por sus
relaciones con la Alemania nazi. El hombre fuerte de esta etapa será Serrano Suñer, “el Cuñadísimo”. Hasta
1942, la Falange obtuvo la mayor cuota de poder:
- Creó los sindicatos verticales; asociaciones juveniles, como el Frente de Juventudes; el Sindicato Español Universitario (SEU) o
la Sección Femenina de Pilar Primo
de Rivera.
-
Dispuso de un inmenso aparato de prensa y propaganda.
-
Realizó concentraciones masivas y
logró que el régimen adoptara su simbología (saludo fascista)
Durante
esta etapa, el 17 de julio de 1942, se promulgó la Ley Constitutiva de las
Cortes, la segunda de las Leyes Fundamentales (la primera, el Fuero
del Trabajo, era de 1938) como otro paso más para institucionalizar el
régimen. El papel de estas Cortes era simbólico: el verdadero poder legislativo
lo tenía Franco.
En
el ámbito exterior recién acabada la Guerra Civil empieza la Segunda Guerra
Mundial. Inicialmente, España se declara neutral, pero en 1940, ante los
éxitos de Hitler, Franco abandona la neutralidad y declara la no
beligerancia, que en realidad equivalía a prebeligerancia. Franco se reúne
con Hitler en Hendaya. España, aunque no entró en la guerra, envió la División
Azul contra los soviéticos (julio de 1941) formada por unos 18.000
voluntarios.
A
partir de 1942 con la entrada de EE.UU. en la Guerra se vio claramente que la
derrota de las potencias del Eje era posible. Franco empieza a cambiar de postura,
ante el peligro que suponía su apoyo a Hitler para su régimen. Así en 1943, se
abandona la no beligerancia y se vuelve a la neutralidad.
A
partir de 1942, el ejército aumentó su influencia. La derrota del fascismo en
1945 hizo aceleró un cambio en los gobiernos de Franco.
2.2. EL NACIONAL-CATOLICISMO (1945-1957)
Tras la derrota de las potencias del Eje (Alemania e Italia) en la
II Guerra Mundial, Franco realizó un lavado de cara al régimen acentuando su
aspecto monárquico y su carácter católico para marcar distancias con el
fascismo. La Falange perdió peso y Franco en el nuevo gobierno de 1945 dio un
mayor protagonismo a los católicos, en concreto los de Acción Católica.
Esto no pudo evitar el aislamiento internacional y la condena de la ONU que en
1946 votó una resolución por la que prohibía la entrada de España en la ONU
y exigía la retirada de embajadores (sólo permanecieron los de Argentina, Portugal
y el Vaticano).
En el contexto de la Guerra Fría, en loso años 50, Franco acentúa
su anticomunismo y su catolicismo, por lo que consigue el apoyo de Estados
Unidos y del Vaticano, regresan los embajadores y en 1955 España entra en la
ONU. Esto se materializa con la firma del Concordato con la Santa Sede y el
Acuerdo hispano-norteamericano de 1953, a cambio de establecer bases militares en
España de EE.UU., aportaría además ayuda económica. España reconoció, en 1956,
la independencia a su protectorado en Marruecos.
2.3. LA TECNOCRACIA: EL DOMINIO DEL OPUS DEI
(1957-1969).
La mala
situación económica y los atisbos de descontento social provocaron una
remodelación del gobierno en 1957, donde entraron tecnócratas del Opus Dei, como Navarro Rubio y Ullastres, dejando
de lado a los falangistas.
Unos años
antes se había producido el fin de la cartilla de racionamiento, del
aislamiento internacional y de la oposición armada (maquis). Motivos para
abandonar la economía de guerra y el estado de excepción.
Este período
se conoce como la etapa del desarrollismo, del crecimiento económico y la
modernización con una apertura internacional, pero sin cambios democráticos. El
régimen mantuvo hasta el final la represión de los enemigos políticos.
En
los gobiernos fueron aumentando los tecnócratas, vinculados al Opus Dei,
con Carrero Blanco como valedor y López Rodó como figura destacada. Los
tecnócratas situaban el crecimiento económico como el eje básico de la política
y garantía de estabilidad social. Apostaban por la continuidad del franquismo a
través de una monarquía autoritaria, representada por Juan Carlos de Borbón,
con el fin de desterrar la influencia falangista. Desde 1957, pusieron en marcha
una amplia reforma de la administración y racionalidad en el funcionamiento del
Estado.
La Ley
Orgánica del Estado (1967), pieza clave de la institucionalización del
régimen, supuso la separación de la Jefatura del Estado y la del Gobierno.
Un tímido
aperturismo vino con la Ley de Prensa e
Imprenta (1966) de Manuel Fraga, ministro de Información y Turismo. Se
suprimía la censura previa y la sustituía por multas y suspensión de las
publicaciones críticas con el sistema.
En 1969 se
produjo el nombramiento de Juan Carlos
de Borbón como sucesor. Hubo de jurar lealtad a la Ley de Principios del
Movimiento Nacional. No era una restauración, sino la instauración de una monarquía
inspirada en los principios inalterables del Movimiento.
El estado
nacional-sindicalista era sustituido por la democracia orgánica. Pero
era una falsa liberalización, pues no se podía salir de los cauces marcados por
el Movimiento.
El principal objetivo de Fernando
María Castiella, ministro de Asuntos Exteriores, era normalizar las relaciones
internacionales para integrar a España en las organizaciones internacionales.
La visita del presidente de EEUU Eisenhower a España en 1959 marcó el inicio de
esta nueva imagen exterior de España. Los aspectos básicos fueron:
· Gibraltar: la ONU resolvió el pleito a
favor de la descolonización del peñón, previo acuerdo entre España y Gran
Bretaña. Se convocó un referéndum, donde los gibraltareños debían elegir entre
unirse a España o continuar con Gran Bretaña. Como reacción, el gobierno español
llegó a cerrar la frontera en 1969.
· Negociaciones con la CEE: España solicitó en 1962 un
tratado de asociación a la CEE, pero el carácter dictatorial del régimen era
incompatible con los principios de la CEE.
· La descolonización: Entre 1957 y 1958,
marroquíes y españoles lucharon en la Guerra del Ifni. Aunque España salió
victoriosa, el territorio fue cedido a Marruecos en 1969.
· En
1968 culminó el proceso descolonizador
de Guinea. Sin embargo la independencia del Sahara Occidental fue bloqueada por Carrero Blanco.
2.4. EL
DECLIVE DEL RÉGIMEN (1969-1975)
Comienza a
surgir una oposición a los tecnócratas:
·
Los inmovilistas, quienes pretendían bloquear
cualquier tipo de cambio.
·
Los aperturistas, quienes formaban parte del
Movimiento y que pretendían la apertura del régimen (Fraga, Solís, Areilza).
El
enfrentamiento entre tecnócratas y aperturistas explotará con el escándalo
Matesa en 1969, un caso de corrupción que afectaba a los tecnócratas y que
fue aireado en la prensa del régimen por los aperturistas. Como reacción Franco
formó un nuevo gobierno donde perdieron peso los dos grupos enfrentados, el
enfrentamiento entre las familias era evidente.
· Gobierno
de Carrero Blanco. Tras el escándalo Matesa asume el
poder Carrero Blanco como vicepresidente, posteriormente, Franco lo nombrará
presidente del Gobierno. En el aspecto cultural y educativo se produce la reforma
del sistema educativo con la Ley Villar Palasí de 1970, extendiendo la
enseñanza básica gratuita hasta los 14 años a través de la EGB. Fracasos: ntentos
de reformas para reducir la conflictividad laboral, intentos de acercarse a una
Iglesia que se aleja. Carrero Blanco es asesinado por ETA víctima de un
atentado el 20 de noviembre de 1973.
En
1974 es elegido como presidente Carlos
Arias Navarro. Intentó un tímido intento de apertura política, en lo que
llamaron el espíritu de febrero (reforma en la elección de alcaldes, el impulso
de la creación de asociaciones políticas o el autogobierno de los sindicatos
oficiales). Este gobierno hará frente a
un aumento de los movimientos de protesta, como la actividad huelguística y
escalada terrorista. Se ejecutaron varias penas de muerte, lo que provocó
propuestas internacionales.
En
ese contexto y en plena crisis económica de 1973 (subida de precios, más paro,
descenso del turismo, menos divisas…), la revolución del 25 de abril de 1974
(Revolución de los Claveles) acababa con la dictadura de Salazar en Portugal.
Marruecos,
ante la debilidad del régimen y la enfermedad de Franco, reclamó el Sahara (rico
en fosfatos) e invade el Sáhara español (Marcha Verde). España entrega el
Sáhara a Marruecos y Mauritania.
El
20 de noviembre de 1975 fallecía el dictador, dejando una sensación de
inseguridad y de incertidumbre respecto al futuro político.
El
22 del mismo mes Juan Carlos I era proclamado rey de España.
SOCIEDAD Y ECONOMÍA EN
EL FRANQUISMO: DE LA AUTARQUÍA AL DESARROLLISMO
1. LA SOCIEDAD BAJO LA DICTADURA FRANQUISTA
1.1 CAMBIOS DEMOGRÁFICOS
Una
de las consecuencias más dramáticas del conflicto fue sin duda la profunda
separación entre vencedores y vencidos. La represión y el exilio de la
posguerra pudo llegar a afectar a más de 800.000 familias (unos seis millones
de españoles en 1939). Pasados los años
de la posguerra, la evolución demográfica española se caracterizó por un
decrecimiento de las tasas de natalidad y de mortalidad.
En los
años sesenta la población experimenta un espectacular crecimiento que se ha
dado en llamar el baby boom.
Con una alta natalidad y una mortalidad en franco retroceso, el crecimiento
vegetativo español era alto. Esto generó problemas de ajustes entre una
población en crecimiento y las infraestructuras sanitarias y educativas del
país que eran claramente insuficientes. Hubo un incremento neto de población de
5 millones de habitantes en menos de 15 años.
Más
importante fue el aumento de población urbana debido al éxodo rural. Madrid,
el País Vasco y Cataluña son las principales zonas de recepción de estos trabajadores
rurales, creciendo de manera espectacular el volumen de estas ciudades sin
existir, la mayoría de las veces, la planificación adecuada. Las periferias se llenaron de barrios obreros
y provocó el crecimiento de sus municipios cercanos (Getafe en Madrid u
Hospitalet en Barcelona), focos de chabolismo y barrios sin infraestructuras ni
equipamiento.
Al
lado de las migraciones interiores, se estableció un flujo ininterrumpido de
emigrantes españoles que de forma continua saldrán para la Europa desarrollada
(Alemania, Francia, Holanda o Suiza).
1.2. EVOLUCIÓN SOCIAL
La política represiva de Franco no buscaba tan solo la persecución
del activista, militante o excombatiente republicano, sino que la organización
de la sociedad estableció una marcada diferencia entre familias pertenecientes
al bando vencedor y aquellas que contaban en sus filas con algún miembro de los
derrotados. Para los vencidos fue un tiempo de silencio basado en el servilismo
y la sumisión hacia los vencedores.
Así
las cosas, la sociedad española tuvo que adaptarse al ideario defendido por los
vencedores de la guerra:
· Se abandonó el laicismo traído por
la República y se aceptaron los valores más radicales del catolicismo. Medidas
aprobadas como el matrimonio civil o la legislación sobre el divorcio fueron
suprimidas.
· Igualmente, toda la legislación
republicana sobre los derechos de las
mujeres y su igualdad jurídica con los hombres quedó abolida. El modelo de mujer era el de esposa, madre
y ama de casa, responsable de la transmisión de los valores tradicionales en el
seno de la familia. La Sección Femenina,
dirigida por Pilar Primo de Rivera, colaboró en el mantenimiento de esta
situación. La mujer necesitaba la autorización expresa de un hombre (esposo,
padre, hermano…) para trabajar, para abrir una cuenta corriente, sacarse el
pasaporte o ser testigo en los sacramentos. Una mujer soltera no podía
abandonar el hogar paterno hasta los veinticinco años.
· La dictadura logró ampliar su
apoyo social en la posguerra. A los grandes terratenientes, burguesía
industrial y élite administrativa y eclesiástica, se les unió una nueva
burguesía (empresarios y especuladores), el pequeño y mediano campesinado y las
clases medias urbanas, favorecidas por las depuraciones masivas entre los
cargos públicos.
· El franquismo negaba la existencia
de la lucha de clases. Las organizaciones sindicales marxistas y anarquistas
quedaron prohibidas, se derogó el derecho a huelga, se creaban los sindicatos
verticales y se establecían severas condenas para “disciplinar” el trabajo.
· Para consolidar este control
social se crearon organizaciones e instituciones de encuadramiento político e
ideológico: Frente de Juventudes, Sección Femenina y Sindicato Español
Universitario.
· El sistema educativo controló la
educación para ponerla al servicio de los ideales del régimen. Se introdujeron
clases obligatorias de Formación del Espíritu Nacional.
· El nacionalcatolicismo dio el monopolio
de la educación a la Iglesia, una escuela privada y clasista. La universidad
quedó bajo control de Falange y el Opus Dei. Campañas de recatolización
forzosa, consagraciones, ejercicios espirituales, cursillos de cristiandad y
misas en honor a los “caídos por Dios y por España”.
· Una rígida censura sobre
libros, periódicos o películas pretendía sancionar cualquier trasgresión de la
doctrina oficial, impidiendo el contacto con el exterior.
La
expansión económica trajo una modificación de sociedad española avanzando hacia
unos hábitos culturales y de consumo de una sociedad moderna.
· Se produjeron cambios en la
población activa: desciende el porcentaje de población ocupada en el sector
primario, para aumentar el de los sectores secundario y terciario,
produciéndose una desagrarización de la
población activa. Por tanto,
incremento numérico sustancial pero paralela transformación interna: incremento
del número de obreros cualificados, lo que supone un cambio social profundo: la
década de los sesenta da lugar a un nuevo proletariado cada vez más cualificado
y más especializado profesionalmente. Aumento
de las clases medias.
· Se produjo un cambio en las
estructuras socio-profesionales. Aumentó el número de profesiones liberales y
de funcionarios, dando lugar a una nueva clase media. El mayor aumento
fue el de los trabajadores asalariados, base de los sindicatos clandestinos
(CC.OO.). Por el contrario, el número de jornaleros descendió, manteniéndose en
Andalucía y Extremadura.
· Los progresos del régimen
en materia social tuvieron su mejor exponente en la Ley de Bases de la Seguridad Social de 1963, donde se proclamaba el
derecho de todos los españoles a la sanidad pública.
· Se produjo un cambio de las pautas
culturales debido a la llegada de turistas extranjeros, el regreso de
los emigrantes, y las publicaciones clandestinas.
· En cuanto a la educación,
aumentó la población escolarizada y la universitaria. La tasa de analfabetismo
baja a menos del 10% en 1970. La tasa de escolarización en primaria aumenta al
90 %. El crecimiento de secundaria/universidad supone refleja la fortaleza de
las clases medias y sectores cualificados de la clase obrera. La universidad
será foco de protestas contra el régimen. La Ley General de Educación de 1970 redujo el analfabetismo hasta
niveles próximos a los países más avanzados.
· Cambios para la mujer: incorporación
a las actividades productivas y educativas. Incorporación vetada al sector
judicial y militar. Cambio cualitativo y dato clave, el 40% alumnos de
bachillerato estaba constituido por mujeres, 30% universidad para finales de
los años 60.
· La sociedad de consumo generalizó
el uso de electrodomésticos. Se
completó la electrificación de la práctica totalidad de viviendas. La disponibilidad
de agua corriente se generalizó, además del baño y ducha propios. Se instalaron
calefacciones en el 55 % de los hogares españoles y televisión en un 69 % hacia
los años 70. Igualmente, aumentó espectacularmente la compra de frigorífico y
lavadora. El 4% de los españoles hacia 1970 tenía turismo. El Seat 600 puesto a
la venta en 1957 por la fábrica creada en Barcelona por el INI en 1950. Emblema
de la nueva sociedad junto al turismo, los vaqueros, la minifalda, el pelo
largo masculino, rock and roll, guateques: nuevos hábitos, costumbres y
sociabilidad difundidos por la televisión.
· Paulatinamente se abrían paso
nuevas formas de relación directa entre
géneros. Del bañador de una pieza al biquini.
El
franquismo, a través de los cambios socioeconómicos inevitables desarrollados a
partir de los años 60 comenzaba a perder la batalla.
2. LA EVOLUCIÓN ECONÓMICA
2.1. LA AUTARQUÍA (1939-1951). LOS AÑOS DEL
HAMBRE
2.1. LA AUTARQUÍA (1939-1951). LOS AÑOS DEL
HAMBRE
El
régimen de Franco, siguiendo sus principios ideológicos, aplicó la autarquía
como política económica, España tenía que ser económicamente autosuficiente.
Terminada
la guerra civil, la lentitud de la recuperación económica se vio favorecida por
la política autárquica. Se conoció a los años cuarenta como los “años del
hambre”. Desde 1939 a 1952, el Estado fijó las cartillas de racionamiento para organizar la distribución de los
productos de primera necesidad.
La
autarquía se organizó mediante tres grandes ejes de actuación:
· Reglamentación
del comercio exterior con un control absoluto de las exportaciones e importaciones (autorización
administrativa para realizarlas mediante cupos y licencias). El resultado fue
un incremento de la inflación, encarecimiento de las importaciones (petróleo) y
una gran escasez de bienes de consumo. El desabastecimiento también afectó a
las materias primas y al suministro eléctrico, provocando un descenso paralelo
de la producción industrial.
· Fomento
de la industria de bienes de equipo de interés estratégico,
con el fin de asegurar la independencia económica del nuevo Estado. Una serie
de leyes favorecieron la creación de empresas públicas, así como la
nacionalización de sectores considerados indispensables. Se creó RENFE y se
nacionalizó la Compañía Telefónica Nacional de España. En el año 1941 se fundó
el Instituto Nacional de Industria (INI),
destinado a promover la nueva política industrial. El INI impulsó la creación de numerosas empresas públicas, cuyo objetivo era producir los bienes que el
sector privado no fabricaba por falta de rentabilidad o por excesivos gastos de
inversión. El Estado priorizó las inversiones en sectores vinculados a los
intereses de la defensa militar (hidrocarburos, vehículos de transporte,
construcción naval, siderurgia, etc.), y en esta primera década del franquismo
se crearon las principales empresas del grupo: Iberia, Banco Exterior de
España, Endesa, Ensidesa y Seat.
· El tercer ámbito del
intervencionismo estatal afectó al sector
agrario, que vio cómo el Estado
regulaba la producción, la comercialización, los precios, los salarios y el
consumo de la mayoría de sus productos. Los bajos precios oficiales (sobre
todo de los cereales, las legumbres, el vino, el aceite y las patatas)
provocaron un descenso de la producción. Los productores estaban obligados a
vender al Estado toda la producción a un precio fijado previamente. La
administración era la única que podía vender los productos al consumidor a un
precio también fijado. Muchos productores prefirieron vender en el mercado
negro, donde obtenían unas ganancias más elevadas.
En
la España de posguerra el hambre fue un negocio, el estraperlo coincidió con
una época de carencias. Se establecieron dos tipos de cartillas diferentes, una
para carnes y la otra para los demás alimentos. Se establecieron raciones tipo,
para hombres, mujeres (80% del hombre adulto) y niños (60% del hombre adulto) y
de mayores de 60 años (iguales a las de las mujeres).
El
resultado de la política autárquica fue un profundo estancamiento económico
caracterizado por el colapso del comercio exterior, por un notable descenso de
los niveles de producción y consumo, y por una considerable disminución del
nivel de vida de la población.
Mientras
la mayoría de los países afectados por la Segunda Guerra Mundial tardaron entre
5 y 8 años en recuperar los niveles económicos de 1939, España, tras la Guerra
Civil, tardó 15 años para alcanzar los niveles de 1935. Por otro lado, no
consiguió el autoabastecimiento ni en el ámbito agrario (necesidad de
importaciones de trigo) ni tampoco pudo prescindir da la compra de productos
básicos de los que España era deficitaria (petróleo, algodón, abonos, etc.).
En
definitiva, provocó hambre en una gran mayoría de la población.
El
régimen de Franco, siguiendo sus principios ideológicos, aplicó la autarquía
como política económica, España tenía que ser económicamente autosuficiente.
Terminada
la guerra civil, la lentitud de la recuperación económica se vio favorecida por
la política autárquica. Se conoció a los años cuarenta como los “años del
hambre”. Desde 1939 a 1952, el Estado fijó las cartillas de racionamiento para organizar la distribución de los
productos de primera necesidad.
La
autarquía se organizó mediante tres grandes ejes de actuación:
· Reglamentación
del comercio exterior con un control absoluto de las exportaciones e importaciones (autorización
administrativa para realizarlas mediante cupos y licencias). El resultado fue
un incremento de la inflación, encarecimiento de las importaciones (petróleo) y
una gran escasez de bienes de consumo. El desabastecimiento también afectó a
las materias primas y al suministro eléctrico, provocando un descenso paralelo
de la producción industrial.
· Fomento
de la industria de bienes de equipo de interés estratégico,
con el fin de asegurar la independencia económica del nuevo Estado. Una serie
de leyes favorecieron la creación de empresas públicas, así como la
nacionalización de sectores considerados indispensables. Se creó RENFE y se
nacionalizó la Compañía Telefónica Nacional de España. En el año 1941 se fundó
el Instituto Nacional de Industria (INI),
destinado a promover la nueva política industrial. El INI impulsó la creación de numerosas empresas públicas, cuyo objetivo era producir los bienes que el
sector privado no fabricaba por falta de rentabilidad o por excesivos gastos de
inversión. El Estado priorizó las inversiones en sectores vinculados a los
intereses de la defensa militar (hidrocarburos, vehículos de transporte,
construcción naval, siderurgia, etc.), y en esta primera década del franquismo
se crearon las principales empresas del grupo: Iberia, Banco Exterior de
España, Endesa, Ensidesa y Seat.
· El tercer ámbito del
intervencionismo estatal afectó al sector
agrario, que vio cómo el Estado
regulaba la producción, la comercialización, los precios, los salarios y el
consumo de la mayoría de sus productos. Los bajos precios oficiales (sobre
todo de los cereales, las legumbres, el vino, el aceite y las patatas)
provocaron un descenso de la producción. Los productores estaban obligados a
vender al Estado toda la producción a un precio fijado previamente. La
administración era la única que podía vender los productos al consumidor a un
precio también fijado. Muchos productores prefirieron vender en el mercado
negro, donde obtenían unas ganancias más elevadas.
En
la España de posguerra el hambre fue un negocio, el estraperlo coincidió con
una época de carencias. Se establecieron dos tipos de cartillas diferentes, una
para carnes y la otra para los demás alimentos. Se establecieron raciones tipo,
para hombres, mujeres (80% del hombre adulto) y niños (60% del hombre adulto) y
de mayores de 60 años (iguales a las de las mujeres).
El
resultado de la política autárquica fue un profundo estancamiento económico
caracterizado por el colapso del comercio exterior, por un notable descenso de
los niveles de producción y consumo, y por una considerable disminución del
nivel de vida de la población.
Mientras
la mayoría de los países afectados por la Segunda Guerra Mundial tardaron entre
5 y 8 años en recuperar los niveles económicos de 1939, España, tras la Guerra
Civil, tardó 15 años para alcanzar los niveles de 1935. Por otro lado, no
consiguió el autoabastecimiento ni en el ámbito agrario (necesidad de
importaciones de trigo) ni tampoco pudo prescindir da la compra de productos
básicos de los que España era deficitaria (petróleo, algodón, abonos, etc.).
En
definitiva, provocó hambre en una gran mayoría de la población.
2.2. LAS PRIMERAS MEDIDAS LIBERALIZADORAS
(1951-1956). “LOS AÑOS BISAGRA”
La marginación
de España del Plan Marshall (1948-1952), impidió al país acceder a créditos
que hubieran facilitado una pronta recuperación económica. A partir de 1953 y
con la consolidación de la Guerra Fría, EE.UU.
concedió créditos a España para la compra de productos agrícolas, materias
primas y equipo industrial.
Los problemas de escasez se suavizaron y también
permitieron la eliminación del racionamiento
(las cartillas de racionamiento ya se habían eliminado en 1952).
Progresivamente se fue relajando el control estatal sobre la economía.
Con todo, las ayudas no eran suficientes, en
definitiva, la autarquía no funcionaba. A la altura de 1957 la economía
española estaba bloqueada.
2.3. EL PLAN DE ESTABILIZACIÓN (1957-1959)
La marginación
de España del Plan Marshall (1948-1952), impidió al país acceder a créditos
que hubieran facilitado una pronta recuperación económica. A partir de 1953 y
con la consolidación de la Guerra Fría, EE.UU.
concedió créditos a España para la compra de productos agrícolas, materias
primas y equipo industrial.
Los problemas de escasez se suavizaron y también
permitieron la eliminación del racionamiento
(las cartillas de racionamiento ya se habían eliminado en 1952).
Progresivamente se fue relajando el control estatal sobre la economía.
Con todo, las ayudas no eran suficientes, en
definitiva, la autarquía no funcionaba. A la altura de 1957 la economía
española estaba bloqueada.
2.3. EL PLAN DE ESTABILIZACIÓN (1957-1959)
Franco había formado, en 1957, un nuevo gobierno en
el cual destacaban los tecnócratas
–técnicos ligados al Opus Dei-- ocuparon ministerios básicos del área económica
y así será durante toda la década de los sesenta.
Los nuevos ministros elaboraron un Plan de Estabilización Económica (aprobado
en 1959). Mediante este plan se impusieron una serie de medidas básicas para
orientar la economía del país:
1. Reducción
del gasto excesivo del Estado y del de los particulares. Esto implicó
restricciones en la concesión de créditos y congelación de los salarios.
2. Reducción
del intervencionismo estatal, se volvía a la economía de mercado.
3. Apertura de
la economía española a los mercados exteriores. Ello obligó a devaluar la peseta (60 ptas. un dólar;
antes 42).
La finalidad última era poner en contacto la economía
española con la internacional. El gobierno dio muchas facilidades a las empresas extranjeras que quisieran instalarse en
España.
Para realizar esta transformación económica, España
pudo contar con la concesión de importantes créditos internacionales, del FMI,
la OECE (Organización Europea de Cooperación Económica) y de la banca
norteamericana.
Su aplicación fue un éxito. España va a conocer una
etapa de fuerte crecimiento económico, uniéndose al grupo de los países más
industrializados del mundo.
Franco había formado, en 1957, un nuevo gobierno en
el cual destacaban los tecnócratas
–técnicos ligados al Opus Dei-- ocuparon ministerios básicos del área económica
y así será durante toda la década de los sesenta.
Los nuevos ministros elaboraron un Plan de Estabilización Económica (aprobado
en 1959). Mediante este plan se impusieron una serie de medidas básicas para
orientar la economía del país:
1. Reducción
del gasto excesivo del Estado y del de los particulares. Esto implicó
restricciones en la concesión de créditos y congelación de los salarios.
2. Reducción
del intervencionismo estatal, se volvía a la economía de mercado.
3. Apertura de
la economía española a los mercados exteriores. Ello obligó a devaluar la peseta (60 ptas. un dólar;
antes 42).
La finalidad última era poner en contacto la economía
española con la internacional. El gobierno dio muchas facilidades a las empresas extranjeras que quisieran instalarse en
España.
Para realizar esta transformación económica, España
pudo contar con la concesión de importantes créditos internacionales, del FMI,
la OECE (Organización Europea de Cooperación Económica) y de la banca
norteamericana.
Su aplicación fue un éxito. España va a conocer una
etapa de fuerte crecimiento económico, uniéndose al grupo de los países más
industrializados del mundo.
2.4. LA ESPAÑA DEL DESARROLLISMO Y LA CRISIS DE
1973
Los resultados del Plan de Estabilización fueron
inmediatos. No obstante, a corto plazo, entre 1959 y 1960, el Plan produjo una
fuerte recesión económica (congelación salarial, caída del consumo y de la
inversión, aumento del paro…). Pero a partir de 1961 se produjo un fuerte
crecimiento económico calificado por algunos como milagro español. La economía española creció a un ritmo del 7%
en el PIB durante 1961 a 1974. Con ello, España se incorporó al grupo de países
industrializados. Este crecimiento económico se basó en tres aspectos: el turismo (España ofrecía sol, playa y
precios baratos, junto a cientos de urbanizaciones en Benidorm, Torremolinos o
Marbella), la emigración al exterior (envío
de divisas) y la entrada de capital extranjero.
El crecimiento se basó en una fuerte expansión industrial que se produjo por los bajos salarios y la masiva llegada de capitales extranjeros
que veían en España un lugar favorable para las inversiones. Se construyó así
un tejido industrial diversificado y potente. El crecimiento industrial atrajo
a un gran número de campesinos que emigraron en masa a las ciudades, este
fenómeno motiva a su vez un alza de los salarios agrícolas por la falta de mano
de obra y este hecho conlleva la mecanización del campo por lo cual se produce
también la modernización del sector
primario que iba paralelo con el despoblamiento del interior del país. En
el sector servicios el sector turístico
fue el verdadero motor de la economía: miles de europeos acudían a España aprovechando
los bajos precios, la amplia oferta de sol y playa y la existencia de una
infraestructura hotelera en rápida expansión.
A partir de 1963 el gobierno intentó regular el
crecimiento mediante los Planes de
Desarrollo. Se elaboraron tres planes cuatrienales hasta 1975, aunque el
último se abandonó en 1973. Para su supervisión se nombró a Laureano López Rodó comisario del Plan
de Desarrollo. Se trataba de una planificación económica indicativa con la
finalidad de impulsar desde el Estado el crecimiento de la economía española a
partir de la programación de la actividad del sector público y de ofrecer
información y previsión a los inversores privados.
Los planes centraron su actuación en la industria a
través de dos grandes líneas de actuación:
· Acciones estructurales, pretendían solucionar
algunas deficiencias de la industria.
· Polos de desarrollo que buscaban reducir los
desequilibrios económicos regionales promoviendo nuevas industrias en zonas de
escasa industrialización.
Las previsiones casi nunca se cumplieron. Además de
la planificación, el crecimiento industrial estuvo marcado por:
· La mejora
de la productividad gracias a la tecnología
extranjera, que permitió bajar los precios y aumentar las exportaciones.
· El crecimiento
de las industrias de bienes de equipo.
· El aumento
de los salarios y de la inversión, lo que permitió mejorar el nivel de vida
y el acceso a bienes de consumo.
Las oportunidades que ofrecía la industria provocó
una fuerte emigración (unas 7 millones de personas) desde el interior, Galicia
y Andalucía hacia el País Vasco, Madrid y Levante.
Más de 1.300.000 españoles emigraron hacia Europa en
Francia, Alemania y Suiza. Fue uno de los pilares del crecimiento económico por
las remesas de dinero que se mandaban a España.
El crecimiento
fue ininterrumpido entre 1961 y 1973 y fue debido en gran parte a la
bonanza económica internacional que se da en este periodo que posibilita el
crecimiento, de la misma manera, cuando llegue la crisis del 1973 el contexto internacional influirá poderosamente
sobre la economía española, por una excesiva dependencia exterior y un sector
público ineficaz.
En octubre de 1973 se desencadenaba la crisis del petróleo como medida de
protesta de los países árabes exportadores de petróleo contra Occidente por su
apoyo a Israel. El final del franquismo coincidía, en efecto, con una caída del
crecimiento económico, un incremento de la inflación y un aumento del paro.
Los resultados del Plan de Estabilización fueron
inmediatos. No obstante, a corto plazo, entre 1959 y 1960, el Plan produjo una
fuerte recesión económica (congelación salarial, caída del consumo y de la
inversión, aumento del paro…). Pero a partir de 1961 se produjo un fuerte
crecimiento económico calificado por algunos como milagro español. La economía española creció a un ritmo del 7%
en el PIB durante 1961 a 1974. Con ello, España se incorporó al grupo de países
industrializados. Este crecimiento económico se basó en tres aspectos: el turismo (España ofrecía sol, playa y
precios baratos, junto a cientos de urbanizaciones en Benidorm, Torremolinos o
Marbella), la emigración al exterior (envío
de divisas) y la entrada de capital extranjero.
El crecimiento se basó en una fuerte expansión industrial que se produjo por los bajos salarios y la masiva llegada de capitales extranjeros
que veían en España un lugar favorable para las inversiones. Se construyó así
un tejido industrial diversificado y potente. El crecimiento industrial atrajo
a un gran número de campesinos que emigraron en masa a las ciudades, este
fenómeno motiva a su vez un alza de los salarios agrícolas por la falta de mano
de obra y este hecho conlleva la mecanización del campo por lo cual se produce
también la modernización del sector
primario que iba paralelo con el despoblamiento del interior del país. En
el sector servicios el sector turístico
fue el verdadero motor de la economía: miles de europeos acudían a España aprovechando
los bajos precios, la amplia oferta de sol y playa y la existencia de una
infraestructura hotelera en rápida expansión.
A partir de 1963 el gobierno intentó regular el
crecimiento mediante los Planes de
Desarrollo. Se elaboraron tres planes cuatrienales hasta 1975, aunque el
último se abandonó en 1973. Para su supervisión se nombró a Laureano López Rodó comisario del Plan
de Desarrollo. Se trataba de una planificación económica indicativa con la
finalidad de impulsar desde el Estado el crecimiento de la economía española a
partir de la programación de la actividad del sector público y de ofrecer
información y previsión a los inversores privados.
Los planes centraron su actuación en la industria a
través de dos grandes líneas de actuación:
· Acciones estructurales, pretendían solucionar
algunas deficiencias de la industria.
· Polos de desarrollo que buscaban reducir los
desequilibrios económicos regionales promoviendo nuevas industrias en zonas de
escasa industrialización.
Las previsiones casi nunca se cumplieron. Además de
la planificación, el crecimiento industrial estuvo marcado por:
· La mejora
de la productividad gracias a la tecnología
extranjera, que permitió bajar los precios y aumentar las exportaciones.
· El crecimiento
de las industrias de bienes de equipo.
· El aumento
de los salarios y de la inversión, lo que permitió mejorar el nivel de vida
y el acceso a bienes de consumo.
Las oportunidades que ofrecía la industria provocó
una fuerte emigración (unas 7 millones de personas) desde el interior, Galicia
y Andalucía hacia el País Vasco, Madrid y Levante.
Más de 1.300.000 españoles emigraron hacia Europa en
Francia, Alemania y Suiza. Fue uno de los pilares del crecimiento económico por
las remesas de dinero que se mandaban a España.
El crecimiento
fue ininterrumpido entre 1961 y 1973 y fue debido en gran parte a la
bonanza económica internacional que se da en este periodo que posibilita el
crecimiento, de la misma manera, cuando llegue la crisis del 1973 el contexto internacional influirá poderosamente
sobre la economía española, por una excesiva dependencia exterior y un sector
público ineficaz.
En octubre de 1973 se desencadenaba la crisis del petróleo como medida de
protesta de los países árabes exportadores de petróleo contra Occidente por su
apoyo a Israel. El final del franquismo coincidía, en efecto, con una caída del
crecimiento económico, un incremento de la inflación y un aumento del paro.
REPRESIÓN Y OPOSICIÓN POLÍTICA AL RÉGIMEN
FRANQUISTA. EL PAPEL DE LA CULTURA
El régimen franquista mostró desde
el comienzo una de sus características principales que no abandonó nunca: la represión contra los movimientos
democráticos y de izquierda, frente a todos los valores que representó la
República y ante cualquier manifestación nacionalista, sin dejar ninguna
esperanza a la reconciliación.
1
LA
REPRESIÓN
La represión contra los movimientos democráticos y de
izquierdas se organizó mediante varias leyes: la Ley de Responsabilidades Políticas (1939), la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo (1940), la Ley contra el Bandidaje y el Terrorismo
(1958) y la Ley de Orden Público
(1959). Según estas leyes, los presuntos delitos quedaban sometidos a la
jurisdicción militar. Aunque los principales dirigentes políticos, sindicales y
culturales durante la República partieron al exilio, miles de personas de
diversas condiciones fueron encarceladas por sus ideas políticas. Se estima que
entre 1939 y 1945 fueron ejecutadas entre 35.000 y 50.000 españoles y
estuvieron presos casi 300.000. El elevado número de reclusos saturó la
capacidad de las prisiones y se habilitaron campos de concentración para albergar
a los condenados. El hacinamiento en las cárceles y en los campos junto a unas
pésimas condiciones higiénicas y alimenticias, provocaron una elevada
mortalidad entre los presos. Una parte considerable de los condenados, e
incluso de los detenidos no procesados fueron enviados a los Batallones de
Trabajadores. Se dedicaban a la realización de obras de reconstrucción de
carreteras, puentes, líneas ferroviarias y obras hidráulicas, o trabajaban en
canteras, minas y edificios públicos de todo tipo.
Presos construyendo el "canal de los presos"
Presos construyendo el "canal de los presos"
Las medidas represivas contra los vencidos fueron
acompañadas de un amplio proceso de confiscación
y expolio de su patrimonio.
El franquismo continuó aplicando la pena de muerte a sus opositores
políticos hasta el final. En el ámbito administrativo, docente y cultural se
realizaron depuraciones. Decenas de
miles de funcionarios fueron separados de sus puestos. El ejercicio de ciertas
profesiones liberales (médicos, abogados y periodistas) fue también objeto de
control a partir de las depuraciones obligatorias que se hicieron en los
colegios profesionales.
2. LA
OPOSICIÓN POLÍTICA AL RÉGIMEN FRANQUISTA
2.1. LA OPOSICIÓN DURANTE EL PRIMER FRANQUISMO (1939-1959)
A) EN EL INTERIOR
· Se
mantuvo la actividad clandestina de pequeños grupos del PCE,
del PSOE y de la CNT nunca se interrumpió, como prueba la
serie de encarcelamientos y de ejecuciones de militantes de estas
organizaciones que se produjeron desde 1939.
· Los grupos monárquicos practicaron
una oposición basada en la conspiración,
incluso un grupo de tenientes generales dirigieron una carta a Franco para
pedir la restauración de la monarquía en 1943. Dos años más tarde, el conde de Barcelona, Juan de Borbón,
hijo de Alfonso XIII, hizo público el Manifiesto
de Lausana, en el que solicitaba a Franco que se retirara para restaurar la
monarquía parlamentaria en su persona.
· El maquis se constituyó
como una guerrilla diseminada por las
montañas, de inspiración principalmente comunista y con apoyo local que no
daban la guerra por perdida. Se nutrían de antiguos milicianos republicanos y
de nuevos aportes venidos del exterior curtidos en la lucha en Francia contra
los nazis. Entre 1944 y 1950 intervinieron en varias zonas, y su acción más
espectacular fue la ocupación del valle de Arán. Pero el aislamiento entre los
diferentes grupos de guerrilleros, la represión militar y de la Guardia Civil,
y el recuerdo de la guerra, experiencia que la población civil no quería
repetir, explican su fracaso.
En
la década de 1950, la oposición interior
experimentó tres cambios significativos: la renuncia a la práctica violenta, la transformación social y generacional de sus miembros y el impulso de la actuación opositora en las
universidades y en el seno de los sindicatos franquistas. Las acciones más
frecuentes de la oposición eran las convocatorias de huelga, aunque eran
ilegales, en las que se reivindicaban mejoras económicas.
A) EN EL EXTERIOR
Acabada
la guerra, un gran número de diputados, figuras políticas de todos los partidos
y convencidos republicanos partieron al exilio y desde el exterior intentaron
mantener las instituciones republicanas. Así, en agosto de 1945, se reunieron
en México las Cortes republicanas de 1939, aunque sólo cien diputados, y
eligieron a Diego Martínez Barrio como presidente de la República en el exilio. Entre estos grupos
destacaron: anarquistas, socialistas,
comunistas, y varios representantes de partidos republicanos de izquierda.
Si algo les define es desunión.
Tampoco la dispersión de sus miembros,
entre Francia y México principalmente, ayudaba.
A) EN EL EXTERIOR
Acabada
la guerra, un gran número de diputados, figuras políticas de todos los partidos
y convencidos republicanos partieron al exilio y desde el exterior intentaron
mantener las instituciones republicanas. Así, en agosto de 1945, se reunieron
en México las Cortes republicanas de 1939, aunque sólo cien diputados, y
eligieron a Diego Martínez Barrio como presidente de la República en el exilio. Entre estos grupos
destacaron: anarquistas, socialistas,
comunistas, y varios representantes de partidos republicanos de izquierda.
Si algo les define es desunión.
Tampoco la dispersión de sus miembros,
entre Francia y México principalmente, ayudaba.
1.1. LA
OPOSICIÓN DURANTE EL SEGUNDO FRANQUISMO (1959-1975)
El punto álgido de la oposición
al franquismo tiene lugar en 1962 en el Congreso del Movimiento Europeo en Múnich, lugar de encuentro entre
los grupos de oposición de dentro y de fuera del país. Estos grupos pidieron a
la entonces Comunidad Económica Europea
que no aceptara a España como miembro mientras no hubiera un sistema
democrático. El régimen consideró esta reunión como una conspiración y lo
denominó el “Contubernio” de Múnich y muchos de los participantes en ese
encuentro fueron arrestados al volver a España.
Durante
la década de 1960 y la primera mitad de la de 1970, la oposición se fue
fortaleciendo paulatinamente y las críticas al régimen se extendieron a
toda la sociedad, por eso se habla también de oposición social.
Movilización política
·
Es de destacar también la creciente oposición de movimientos
nacionalistas tanto en Cataluña como en el País Vasco.
· Fue también durante esta época
cuando el PCE y, en menor medida, el PSOE, a pesar del escaso
número de militantes reales, se configuraron como los partidos más
importantes de la clandestinidad. Santiago Carrillo lideraba el PCE, y un
joven sevillano desconocido, Felipe González, accedía en 1974 a la secretaría
general del PSOE en un congreso celebrado en Suresnes (Francia).
· En 1974, por iniciativa del
PCE, se constituyó en París la Junta
Democrática de España, que integraba también a CCOO y a otros pequeños
partidos de izquierdas: ofrecían la formación de un gobierno provisional que
implantase un régimen democrático. En 1975, el PSOE formó la Plataforma de Convergencia Democrática,
liderada por Felipe González y Alfonso Guerra, a la que se unió el PNV y la
UGT. Ambos organismos se unieron en la Coordinación Democrática, más conocida
como la Platajunta.
Movilización social
· Movilización
laboral. La encabezaron jóvenes obreros dispuestos a ir a la huelga como
medio de lucha. Este movimiento se vio favorecido por la liberalización de las
relaciones laborales como consecuencia de la aprobación de la Ley de Convenios
Colectivos (1958). Emergieron nuevos sindicatos, como Comisiones Obreras
(CCOO), sindicato muy activo vinculado al PCE.
· La
movilización estudiantil. En 1965 los estudiantes lograron liquidar el
Sindicato Español Universitario (SEU) tras una violenta protesta que se
extendió por diversas universidades españolas. Se formó entonces el Sindicato
Democrático de Estudiantes Universitarios que propició el activismo estudiantil
en forma de huelgas, asambleas, manifestaciones, etc. Y con él, la represión
policial en los campus españoles.
· La
movilización urbana. Surgió en los últimos años del franquismo a
partir de la constitución de movimientos urbanos de carácter vecinal en los
barrios de nueva creación en las grandes ciudades, son las primeras
asociaciones de vecinos.
· Desde los años sesenta, el régimen franquista
soportó, además, una creciente oposición
por parte de corrientes internas de la Iglesia católica. Los aires de
renovación del Concilio Vaticano II (1962-1965) y el nombramiento del cardenal Tarancón como presidente de la
Conferencia Episcopal Española impulsaron el proceso de distanciamiento de la
Iglesia con respecto al régimen franquista.
· La reivindicación democrática también llegó a
las filas del Ejército, donde un
grupo de oficiales creó la Unión Militar Democrática (UMD).
En los últimos años de la
dictadura se produjo también un recrudecimiento
de la violencia política. La aparición de la banda terrorista ETA fue el hecho de mayor repercusión
en la oposición franquista. Fundada en 1959, cometió su primer asesinato en
1968. Sus objetivos eran la lucha armada para conseguir la independencia de
España del País Vasco. Aparecieron, además, otras organizaciones terroristas de extrema izquierda, como
el Frente Revolucionario Antifascista y
Patriótico (FRAP) y los Grupos Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre
(GRAPO).
En 1963 se creó el Tribunal de
Orden Público (TOP), como respuesta a la oposición. Ejemplos de la represión
son el fusilamiento del dirigente del PCE, Julián Grimau (1963); el proceso de
Burgos contra ETA (1970); y el proceso 1001 contra dirigentes de CCOO (1973).
Aún en 1974 se produjo la ejecución del anarquista Salvador Puig Antich y en
septiembre de 1975 tuvieron lugar las últimas ejecuciones llevadas a cabo
durante el franquismo.
Sin abandonar las
movilizaciones, la sociedad esperaba la muerte del dictador para plantear las
alternativas políticas que reimplantaran la democracia.
El punto álgido de la oposición
al franquismo tiene lugar en 1962 en el Congreso del Movimiento Europeo en Múnich, lugar de encuentro entre
los grupos de oposición de dentro y de fuera del país. Estos grupos pidieron a
la entonces Comunidad Económica Europea
que no aceptara a España como miembro mientras no hubiera un sistema
democrático. El régimen consideró esta reunión como una conspiración y lo
denominó el “Contubernio” de Múnich y muchos de los participantes en ese
encuentro fueron arrestados al volver a España.
Durante
la década de 1960 y la primera mitad de la de 1970, la oposición se fue
fortaleciendo paulatinamente y las críticas al régimen se extendieron a
toda la sociedad, por eso se habla también de oposición social.
Movilización política
·
Es de destacar también la creciente oposición de movimientos
nacionalistas tanto en Cataluña como en el País Vasco.
· Fue también durante esta época
cuando el PCE y, en menor medida, el PSOE, a pesar del escaso
número de militantes reales, se configuraron como los partidos más
importantes de la clandestinidad. Santiago Carrillo lideraba el PCE, y un
joven sevillano desconocido, Felipe González, accedía en 1974 a la secretaría
general del PSOE en un congreso celebrado en Suresnes (Francia).
· En 1974, por iniciativa del
PCE, se constituyó en París la Junta
Democrática de España, que integraba también a CCOO y a otros pequeños
partidos de izquierdas: ofrecían la formación de un gobierno provisional que
implantase un régimen democrático. En 1975, el PSOE formó la Plataforma de Convergencia Democrática,
liderada por Felipe González y Alfonso Guerra, a la que se unió el PNV y la
UGT. Ambos organismos se unieron en la Coordinación Democrática, más conocida
como la Platajunta.
Movilización social
· Movilización
laboral. La encabezaron jóvenes obreros dispuestos a ir a la huelga como
medio de lucha. Este movimiento se vio favorecido por la liberalización de las
relaciones laborales como consecuencia de la aprobación de la Ley de Convenios
Colectivos (1958). Emergieron nuevos sindicatos, como Comisiones Obreras
(CCOO), sindicato muy activo vinculado al PCE.
· La
movilización estudiantil. En 1965 los estudiantes lograron liquidar el
Sindicato Español Universitario (SEU) tras una violenta protesta que se
extendió por diversas universidades españolas. Se formó entonces el Sindicato
Democrático de Estudiantes Universitarios que propició el activismo estudiantil
en forma de huelgas, asambleas, manifestaciones, etc. Y con él, la represión
policial en los campus españoles.
· La
movilización urbana. Surgió en los últimos años del franquismo a
partir de la constitución de movimientos urbanos de carácter vecinal en los
barrios de nueva creación en las grandes ciudades, son las primeras
asociaciones de vecinos.
· Desde los años sesenta, el régimen franquista
soportó, además, una creciente oposición
por parte de corrientes internas de la Iglesia católica. Los aires de
renovación del Concilio Vaticano II (1962-1965) y el nombramiento del cardenal Tarancón como presidente de la
Conferencia Episcopal Española impulsaron el proceso de distanciamiento de la
Iglesia con respecto al régimen franquista.
· La reivindicación democrática también llegó a
las filas del Ejército, donde un
grupo de oficiales creó la Unión Militar Democrática (UMD).
En los últimos años de la
dictadura se produjo también un recrudecimiento
de la violencia política. La aparición de la banda terrorista ETA fue el hecho de mayor repercusión
en la oposición franquista. Fundada en 1959, cometió su primer asesinato en
1968. Sus objetivos eran la lucha armada para conseguir la independencia de
España del País Vasco. Aparecieron, además, otras organizaciones terroristas de extrema izquierda, como
el Frente Revolucionario Antifascista y
Patriótico (FRAP) y los Grupos Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre
(GRAPO).
En 1963 se creó el Tribunal de
Orden Público (TOP), como respuesta a la oposición. Ejemplos de la represión
son el fusilamiento del dirigente del PCE, Julián Grimau (1963); el proceso de
Burgos contra ETA (1970); y el proceso 1001 contra dirigentes de CCOO (1973).
Aún en 1974 se produjo la ejecución del anarquista Salvador Puig Antich y en
septiembre de 1975 tuvieron lugar las últimas ejecuciones llevadas a cabo
durante el franquismo.
Sin abandonar las
movilizaciones, la sociedad esperaba la muerte del dictador para plantear las
alternativas políticas que reimplantaran la democracia.
3. EL
PAPEL DE LA CULTURA
El
final de la Guerra supone también el fin de la Edad de Plata de la cultura
española. La mayoría de los artistas e
intelectuales partieron al exilio y la situación cultural es calificada
como de páramo cultural. Desde el principio el régimen impuso una dura censura y todo lo que se publicaba
necesitaba contar con autorización oficial.
En
la prensa se cerraron los periódicos de izquierda y muchos profesionales
fueron apartados de sus oficios. Paralelamente se crearon nuevos periódicos al
servicio del Estado que servían como propaganda.
La
enseñanza fue controlada y muchos maestros fueron depurados. Desde el sistema educativo
se difunden los valores del Nuevo Estado: principios católicos, exaltación de
la España imperial, culto a Franco… Gran
parte de la enseñanza fue dirigida por la Iglesia y desde allí se difundió
una visión muy tradicionalista de la
moral. La Iglesia también controlaba
la censura de libros y revistas.
Pero
este control de la enseñanza y de la universidad se fue diluyendo
progresivamente desde finales de los 50 y durante los años 60, esto iba en
paralelo con una mayor apertura en otros aspectos de la vida. Desde algunos
sectores del régimen se acogieron ideas o se establecieron contactos con grupos
de oposición al franquismo. El monopolio de la cultura por parte del régimen
comenzaba a resquebrajarse. En los años cincuenta aparecieron
algunos atisbos de cultura no oficial
de la mano de algunos intelectuales de
prestigio (Luis Rosales, Torrente Ballester, Laín Entralgo). De forma
aislada surgieron una literatura y unas manifestaciones artísticas al margen de
las corrientes oficiales (Camilo José Cela, Buero Vallejo…). Igual sucedió en
la universidad, que acabó convirtiéndose en un foco permanente de agitación. En
los años sesenta se multiplicaron las manifestaciones de cultura autónoma y
crítica.
La Ley de
Prensa de 1966 supone un avance, permite la aparición de nuevas
editoriales, periódicos, revistas… que llevarán a cabo una tímida crítica
contra el régimen. Paralelamente se empiezan a publicar libros anteriormente
prohibidos.
El
final de la Guerra supone también el fin de la Edad de Plata de la cultura
española. La mayoría de los artistas e
intelectuales partieron al exilio y la situación cultural es calificada
como de páramo cultural. Desde el principio el régimen impuso una dura censura y todo lo que se publicaba
necesitaba contar con autorización oficial.
En
la prensa se cerraron los periódicos de izquierda y muchos profesionales
fueron apartados de sus oficios. Paralelamente se crearon nuevos periódicos al
servicio del Estado que servían como propaganda.
La
enseñanza fue controlada y muchos maestros fueron depurados. Desde el sistema educativo
se difunden los valores del Nuevo Estado: principios católicos, exaltación de
la España imperial, culto a Franco… Gran
parte de la enseñanza fue dirigida por la Iglesia y desde allí se difundió
una visión muy tradicionalista de la
moral. La Iglesia también controlaba
la censura de libros y revistas.
Pero
este control de la enseñanza y de la universidad se fue diluyendo
progresivamente desde finales de los 50 y durante los años 60, esto iba en
paralelo con una mayor apertura en otros aspectos de la vida. Desde algunos
sectores del régimen se acogieron ideas o se establecieron contactos con grupos
de oposición al franquismo. El monopolio de la cultura por parte del régimen
comenzaba a resquebrajarse. En los años cincuenta aparecieron
algunos atisbos de cultura no oficial
de la mano de algunos intelectuales de
prestigio (Luis Rosales, Torrente Ballester, Laín Entralgo). De forma
aislada surgieron una literatura y unas manifestaciones artísticas al margen de
las corrientes oficiales (Camilo José Cela, Buero Vallejo…). Igual sucedió en
la universidad, que acabó convirtiéndose en un foco permanente de agitación. En
los años sesenta se multiplicaron las manifestaciones de cultura autónoma y
crítica.
La Ley de
Prensa de 1966 supone un avance, permite la aparición de nuevas
editoriales, periódicos, revistas… que llevarán a cabo una tímida crítica
contra el régimen. Paralelamente se empiezan a publicar libros anteriormente
prohibidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario