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1. Crisis demográfica y crisis económica
A partir de 1580 se produjo un descenso de población como consecuencia del régimen demográfico antiguo, la emigración a América, las guerras del siglo, la sucesión de epidemias y la expulsión de los moriscos. A finales del siglo XVI, la población de la Corona de Castilla era de aproximadamente seis millones y medio de habitantes y la de la Corona de Aragón de un millón trescientos mil habitantes.
Desde el punto de vista económico, Castilla sufrió las dificultades más intensas y duraderas: Se produjo un descendió la producción agrícola, las actividades artesanales entraron en recesión y el comercio interior se vio afectado por las malas condiciones de los transportes y las barreras aduaneras. Las consecuencias de la crisis se dejaron sentir a nivel económico y social.
A lo largo del siglo proliferaron las propuestas de análisis y soluciones para enfrentarse a esta situación de crisis generalizada. A quienes las propagaron se les conoce como arbitristas.
2. El reinado de Felipe III (1598-1621)
El gobierno de los validos
Felipe III inauguró la costumbre de delegar el ejercicio del poder en un valido o persona de confianza. Sobresalen en este reinado el duque de Lerma y el duque de Uceda (hijo del duque de Lerma). Surgen también en otras monarquías europeas. Explican su aparición la creciente complejidad de las tareas de gobierno que imposibilitaba que sólo el monarca se ocupara personalmente de todos los asuntos. Alcanzaba su puesto por la confianza y amistad personal que mantenía con el monarca.
Política interior
- La expulsión de los moriscos
El 1609 Felipe III decretaba la expulsión de los moriscos de los reinos de la Coronas de Castilla y de Aragón. La decisión se impuso porque se les acusaba de colaborar con la piratería turca y berberisca del Mediterráneo y seguían sin estar asimilados al conjunto de la población española al ser sospechosos de seguir practicando la religión musulmana y mantener sus costumbres a pesar de su forzada conversión años atrás. Eran excelentes agricultores. Su expulsión hizo resentirse la demografía y economía de los reinos afectados.
Política exterior
La política exterior de Felipe III es considerada como pacifista por comparación con las llevadas en el s. XVI.
- La paz con Inglaterra
En 1604 se firmó el Tratado de Londres. Las negociaciones supusieron la concesión de facilidades al comercio inglés a cambio de que se cortara el suministro de armas a los holandeses y se suspendieran las actividades de los corsarios en el Atlántico.
- La paz con Holanda. La Tregua de los Doce Años
El cansancio y las dificultades financieras de ambos contendientes para sostener la guerra llevaron en 1609 a la firma de la Tregua de los Doce Años. La tregua supuso el final temporal de los enfrentamientos abiertos pero se mantuvo una guerra económica soterrada contra la monarquía. Pero España no tenía intención de retirarse de Flandes: el gobierno español consideraba que la tregua beneficiaba claramente a Holanda. En 1616, ante la falta de herederos de los regentes, Felipe III se hizo jurar fidelidad y el 1621 la tregua no fue renovada.
3. El reinado de Felipe IV (1621-1665)
Fue un monarca preocupado por la cultura y ejerció una importante labor de mecenazgo. En función del desempeño de las tareas de gobierno, en su reinado se distinguen dos etapas:
- La privanza de Gaspar de Guzmán y Pimentel, conde-duque de Olivares hasta 1643.
- El gobierno efectivo de Felipe IV con el consejo de d. Luis de Haro y sor María de Jesús de Ágreda.
El valimiento del conde-duque de Olivares
Su programa político buscaba la recuperación del prestigio internacional de la Monarquía Hispánica y las reformas modernizadoras en el interior. Olivares expresó lo esencial de su política en el Gran Memorial (1624). En él reflexionaba sobre las instituciones y los instrumentos de gobierno de la monarquía y proponía la necesidad de una mayor uniformidad en la legislación y la contribución a las cargas de la monarquía por parte de todos los reinos siguiendo el modelo fiscal y legal castellano. La idea principal era reforzar la autoridad real y alcanzar la unidad entre los distintos reinos. A través de la Junta Grande de Reformación trató de aplicar un ambicioso plan de medidas administrativas y económicas entre las que destacan:
- La reducción de oficios y empleos cortesanos así como los excesivos gastos suntuarios.
- La protección de las actividades artesanales y del comercio.
- Se crearon montes de piedad para financiar actividades económicas.
- Se aplicó una política demográfica conducente a aumentar la población.
La resistencia a las reformas fue significativa porque lesionaban los intereses de la nobleza, las oligarquías locales y comerciantes.
Política interior
• La Unión de Armas
La Unión de Armas (1626) fue el intento de constituir un ejército permanente sostenido proporcionalmente por todos los reinos de la Monarquía Hispánica. La redistribución de los recursos humanos y económicos que ocasionó una férrea oposición en la Corona de Aragón, y especialmente en Cataluña.
• La rebelión de Cataluña
Tuvo lugar en 1640 y estuvo motivado por el reclutamiento forzoso de hombres para la guerra, el comportamiento indisciplinado de las tropas castellanas e italianas en la frontera del Rosellón y la parálisis del comercio por la reanudación del conflicto. Los desórdenes culminaron en el llamadoCorpus de Sangre de Barcelon. En 1641, los catalanes solicitaron la ayuda militar de Francia para enfrentarse a las tropas reales y reconocieron al monarca francés Luis XIII como conde de Barcelona. Pero su anexión a Francia terminó en desengaño. Por la capitulación de Barcelona (1652) Cataluña retornó al seno de la Monarquía Hispánica.
• La independencia de Portugal
La revuelta de Portugal que desembocaría en su independencia también tuvo lugar en 1640 y tuvo un carácter claramente nacionalista. Sus causas fueron la instauración de la Unión de Armas, la introducción de nuevos impuestos que afectaban a la nobleza, la Iglesia y propietarios acaudalados, y la incapacidad de las tropas de la Monarquía Hispánica para defender el comercio del azúcar portugués frente a los holandeses.
• Las rebeliones de Andalucía, Nápoles y Sicilia
Tuvieron lugar en 1647 por la creciente presión fiscal y la aplicación de la Unión de Armas. En principio no tuvieron un carácter secesionista aunque Francia trató de aprovechar la situación ocupando algunos puertos de la zona. El levantamiento fue sofocado por don Juan José de Austria, hijo natural del rey Felipe IV.
La rebelión de Andalucía, encabezada por el duque de Medina Sidonia, también fracasó.
Política exterior
La política exterior se enmarca en el contexto internacional dominado por la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) y estuvo orientada a recuperar la hegemonía española frente a otras potencias.
• La Guerra de los Treinta Años
Se trató de un conflicto iniciado por motivos religiosos y disputas dinásticas entre los príncipes alemanes pero que acabó arrastrando a toda Europa hacia la guerra. Dos motivos llevaron a la Monarquía Hispánica a implicarse desde 1618 en el conflicto: la defensa de la religión católica y la necesidad de articular mejor a nivel geoestratégico los distintos territorios de un imperio muy disperso. Las primeras campañas militares resultaron favorables a España pero dos hechos cambiaron la situación: el avance franco-holandés y la rebelión de Cataluña. Era el inicio del fin de la hegemonía española en Europa en tanto que empezaron a sucederse las derrotas: (Arrás -1640-, Rocroi -1643-,…). En 1648 se firmaba la paz de Westfalia.
• La guerra con Holanda
En 1621 se puso fin a la Tregua de los Doce Años y se reanudó la guerra con Holanda. Las causas hay que buscarlas en el recelo español ante el poderío económico y marítimo de Holanda y los éxitos de las tropas imperiales y españolas en la primera fase de la guerra de Los Treinta Años. En consecuencia, las motivaciones religiosas fueron perdiendo peso frente a las de orden económico. Pese a los éxitos iniciales españoles en el campo de batalla (Breda, 1626) pronto se dio paso a la guerra comercial y diplomática y con la paz de Westfalia (1648) se declaraba la independencia de Holanda.
• La guerra con Francia
La hostilidad entre Francia y España estaba ahora motivada por el apoyo francés a Holanda y a Venecia. En 1635 Luis XIII de Francia declaró formalmente la guerra. Aunque las primeras campañas militares resultaron favorables a España, la derrota de Rocroi (1643) supuso en principio del fin definitivo de la hegemonía española. En 1659 se firmaba la paz de los Pirineos que consagró la preponderancia territorial, económica y política de Francia así como la supremacía marítima de Inglaterra y Holanda.
4. El reinado de Carlos II (1665-1700). El final de la dinastía
Carlos II fue un rey crónicamente enfermo y falto de capacidades. Se caracterizó por la sensación general de desgobierno, las luchas de poder y la pérdida del prestigio internacional de España. Pero también fue una época recuperación económica y demográfica. Incapaz de ejercer por sí solo el poder, éste lo ejercieron, primero, como regente, su madre Mariana de Austria; y después primeros ministros como don Juan José de Austria, hermanastro del rey, el duque de Medinaceli y el conde de Oropesa. El rey no tuvo descendencia desencadenando un problema sucesorio de enorme trascendencia nacional e internacional. Se plantearon así dos alternativas: la apuesta del propio Carlos II a favor de Felipe de Borbón y la apuesta de Austria, Inglaterra y Holanda por Carlos de Austria tratando de evitar que la misma dinastía (la casa de Borbón) reinase en dos grandes potencias, Francia y España. La falta de acuerdo desembocó en la llamada guerra de Sucesión española (1700-1713) que fue, al tiempo, una guerra civil y una guerra europea.
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