http://www.rtve.es/alacarta/videos/memoria-de-espana/memoria-espana-inicio-tiempos/3193881/
http://www.rtve.es/alacarta/videos/memoria-de-espana/memoria-espana-altamira-util-metal/3195243/
Lista de estándares
1.1.
Define el término hominización y conoce las diversas especies y
yacimientos de la Península Ibérica.
|
1.2.
Explica las diferencias entre la economía y la organización social
del Paleolítico y el Neolítico y las causas del cambio.
|
1.3.
Describe los avances en el conocimiento de las técnicas metalúrgicas
y explica sus repercusiones
|
1.4.
Relaciona la cultura del Bronce manchego con el resto de culturas
peninsulares de la edad de los metales
|
2.1. Describe las
características de la pintura rupestre cantábrica y levantina e identifica sus
diferencias
|
2.2. Identifica las
manifestaciones de la pintura rupestre en el territorio de Castilla-La Mancha
(pintura levantina en Albacete, Fuencaliente).
|
2.3. Conoce las principales
manifestaciones del megalitismo en la Península Ibérica
|
Definición de
Prehistoria
La Prehistoria
es el período de la vida la humanidad anterior a todo documento escrito y que
sólo se conoce por determinados vestigios como las construcciones, los
instrumentos, los huesos humanos o de animales, etc. Comienza con la aparición
de los primeros homínidos y finaliza con la aparición de la escritura.
La Prehistoria comienza en la Península Ibérica
alrededor del año 1.000.000 a.C. (aunque estas dataciones oscilan según la
fuente de consulta) y llegará hasta aproximadamente el 700 a.C.
A lo largo de millones de años los homínidos
sufrieron una serie de cambios físicos que los diferenciaron de los simios y
que les fueron dando su aspecto actual. Este proceso gradual de evolución se
conoce como proceso de hominización.
Los principales cambios físicos fueron la adopción de la posición bípeda
(gracias a una serie de cambios en la cadera, las piernas y los pies que
permitieron liberar las manos y mantener el equilibrio) y el aumento progresivo
de la capacidad craneal con el consiguiente desarrollo del cerebro (lo que
implica un aumento de la inteligencia).
Será una época de notables cambios y evoluciones
continuas que a su vez dividiremos en diferentes períodos:
Paleolítico.
Neolítico
Edad de los Metales
1.
PALEOLÍTICO
La etapa más antigua de la Prehistoria se denomina Paleolítico. Las sociedades
paleolíticas compartieron un mismo modo de vida; los hombres y las mujeres
vivían en pequeñas comunidades dedicadas a la caza y la recolección y se
desplazaban en busca de los recursos naturales. En estos comienzos empiezan a
elaborar herramientas bastante rudimentarias como “choppers”, cantos rodados
que se golpeaban hasta dejar una parte afilada y cortante; así como bifaces de
gran tamaño. Con el paso de los años irán evolucionando, como es evidente,
logrando una cierta “especialización técnica” a la hora de elaborar las
herramientas. También vemos una evolución en las técnicas de caza,
convirtiéndose en cazadores recolectores.
La evolución humana ha sido un largo proceso que se
inició en África hace unos cinco millones de años, con los Australopithecus, que
desembocan en el género Homo. Será el Homo ergaster el que hace un millón
y medio de años saliera por primera vez de África, para extenderse por Próximo
Oriente y Asia, donde evolucionaría al Homo erectus.
En Europa los primeros homínidos aparecen hace
aproximadamente un millón de años, extendidos por las zonas más meridionales
del continente, entre ellas la Península Ibérica, ya que en las tierras del
norte el frío intenso y la escasez de alimentos dificultaban la vida.
|
Principales yacimientos con fósiles humanos
En el Paleolítico
Medio (de 120.000 a 40.000 años de antigüedad) apareció el Homo
neanderthalensis. Su capacidad craneal es mayor, por lo que desarrolló
un instrumental de piedra más variado (cuchillos, puntas de flecha, etc.). Eran
también cazadores-recolectores pero con estrategias más avanzadas de caza que
les permitían atrapar piezas mayores. También realizaba rituales funerarios de
enterramiento. Se han hallado restos en Cantabria, Granada, Vizcaya, Girona o
Gibraltar.
En el Paleolítico
Superior (entre 40.000 y 5.500 años de antigüedad) llegaron a la Península
Ibérica los primeros seres humanos iguales a los actuales (Homo sapiens). Su
capacidad craneal era de 1400 cm3, perfeccionaron la industria
lítica con piezas más pequeñas y afiladas. El número de yacimientos del Homo
sapiens es muy abundante lo que indica un aumento considerable de la población
debido a una dieta más diversificada que incluía además de la caza y la
recolección, la pesca y el marisqueo. Se constituían en grupos nómadas que
ocupaban alternativamente zonas de caza con asentamientos estacionales junto a
ríos y cuevas. Los animales dominantes en esta economía depredadora eran
grandes herbívoros adaptados al clima frío de la última glaciación: bisontes,
renos y uros.
Realizaron las primeras expresiones artísticas, arte mobiliar
y parietal. Destacando las pinturas
rupestres del Cantábrico (las pinturas de las cuevas de El Castillo, Tito
Bustillo y Altamira son las más destacadas). Las imágenes aparecen en lugares
recónditos representando animales de especies diferentes (caballos, bisontes y
ciervos, en su mayoría), sin componer escenas, sólo son figuras aisladas, a
menudo superpuestas. Raramente aparecen imágenes humanas. Sorprende la
representación naturalista de los animales, casi siempre en colores rojo y
negro, aprovechando los entrantes y salientes de techos y paredes para dotar de
volumen a las figuras, como en el caso de Altamira. Existen diferentes teorías
para explicar el significado de estas obras, como que las imágenes eran
símbolos que reflejaban su visión del mundo, pero la más difundida es la que
considera estas obras como parte de un ritual mágico para propiciar la caza de
los animales representados.
1.
NEOLÍTICO
Hacia el 9.000 a.C. finaliza la última glaciación y
se inicia la fase climática actual. Los hielos permanentes se retiran hacia el
norte y el Mediterráneo se vuelve más cálido y seco. En estos momentos y hasta
el 6.000 a.C. surge el periodo denominado Epipaleolítico
o Mesolítico, que se caracteriza por la pervivencia de la economía
depredadora paleolítica, pero con una cierta presión demográfica al desaparecer
los grandes herbívoros de clima frío. La forma de vida cazadora resulta cada
vez más difícil para una población en aumento. Los objetos líticos sufren un proceso de microlitización con el fin
de adaptarse a los nuevos recursos disponibles: caza menor, pesca…
Surge el Neolítico
con el crecimiento de la población y la disminución de la caza, que obligan a pasar
de una economía depredadora a una de producción, basada en la agricultura y la domesticación
de animales y con ellas la tendencia a la sedentarización. Este proceso, denominado
Revolución
neolítica, se origina en el Próximo Oriente y desde allí se extiende
por el Mediterráneo, llegando a la Península Ibérica hacia el 5.000 a.C. a las
zonas del sur y del levante. Esta etapa supuso un cambio transcendental en las
formas de vida de los seres humanos, ya que comenzaron a producir su propio
alimento mediante la agricultura y la ganadería.
Estos cambios provocaron, a su vez, la aparición de
actividades nuevas, como la elaboración de tejidos, la fabricación de cerámica,
el pulimento de la piedra, el comercio, etc.
La necesidad de vivir junto a los cultivos hizo que
disminuyeran los desplazamientos, lo que impulsó el sedentarismo y la aparición
de poblados estables.
Se suceden las novedades técnicas, como el desarrollo
de la pulimentación de la piedra y nuevos útiles líticos: azadas, hachas y
molinos de mano. Pero sobre todo destaca la aparición de la cerámica a mano,
esencial para el transporte, almacenaje y cocción de los alimentos.
Los grupos humanos se hicieron sedentarios, por lo
que se agrupó en comunidades, que formaron poblados, dando lugar a las primeras
ciudades, siendo Jericó la más antigua. La sedentarización y el control de los
excedentes alimentarios hicieron que los grupos fueran adquiriendo una
complejidad creciente, apareciendo la división social del trabajo (jefes,
guerreros, agricultores) y diferencias de riqueza y poder.
En la
Península, el Neolítico se suele dividir en dos etapas:
·
En el Neolítico
inicial (5.000-3.500 a.C.) los asentamientos se realizaron en cuevas localizadas,
fundamentalmente, en la costa mediterránea: Cova de l’Or (en la Comunidad
Valenciana), Nerja (en Andalucía), etc. Se desarrolló la cultura de la
cerámica cardial, que se caracteriza por su decoración impresa con conchas
de berberecho (Cardium edule).
·
En una segunda
fase, el Neolítico pleno (3.500-2.500 a.C.), surgieron verdaderos
poblados situados en zonas más llanas y adecuadas para el cultivo. En el
sureste peninsular se desarrolló la llamada cultura de Almería. Mientras
que en Cataluña floreció la cultura de los sepulcros de fosa,
caracterizada por la presencia de necrópolis.
El
desarrollo de ritos funerarios se manifestó en la aparición del fenómeno
conocido como megalitismo. Se trata de la difusión de diversos tipos de
construcciones destinadas a enterramientos colectivos. En la Península
predominan el dolmen, el sepulcro de corredor y el tholos.
Desde el Mesolítico hasta la Edad del Bronce, con un
periodo de apogeo en el Neolítico, se desarrolla una nueva forma de decoración
pictórica en las paredes de los abrigos rocosos, el arte rupestre levantino. Se caracteriza por la estilización y
esquematización de las figuras, la presencia de representaciones humanas, el
desarrollo de escenas caza, recolección, guerra o danza, la monocromía de las
imágenes con colores como el rojo, el negro y el blanco y la aparición de
animales pertenecientes a la fauna actual. Destacan las pinturas de los abrigos
de Cogull, Valltorta y Alpera.
1.
LAS CULTURAS DE LOS METALES
El comienzo del trabajo
con los metales marcó un importante hito tecnológico en las sociedades de
aquel entonces. Esta etapa se ha dividido en tres edades, en función del metal
predominante en cada una de ellas.
·
La
Edad del Cobre o Calcolítico es la
más antigua. En la Península comenzó en torno al 3.000 a.C. y finalizó hacia el
1.700 a.C. Proliferaron monumentos megalíticos y aparecieron poblados
amurallados. Las culturas más
importantes fueron la de Los Millares
(en Almería) y la cultura del vaso
campaniforme. En el poblado de Millares
destacan las imponentes murallas y las obras de fortificación, así como las
viviendas circulares y las tumbas colectivas de cámara y corredor de acceso,
además del desarrollo de una agricultura avanzada mediante el regadío. También
a este periodo corresponde la Cultura
del Vaso Campaniforme, que recibe este nombre por el uso de recipientes
cerámicos que tienen forma de campana invertida. Además de esta cerámica son
característicos una serie de elementos metálicos que se repiten en los ajuares
de las tumbas, como los puñales de lengüeta y puntas de tipo Palmella, que
demuestran la existencia de unas élites sociales diferenciadas por su riqueza.
Este tipo cerámico se difunde por toda Europa y en la Península destaca el
yacimiento de Ciempozuelos en Madrid.
·
La
Edad del Bronce se inició en la
Península hacia el 1.700 a.C. y declinó hacia el 1.000 a.C. Los poblados se
hicieron más grandes. Destacan las culturas
de El Argar (en Almería); la de los campos
de urnas (en el valle del Ebro, Cataluña y Comunidad Valenciana) y la megalítica de las Islas Baleares, con
grandes obras ciclópeas como los talayots o torres defensivas, las taulas o
altares de sacrificio y las navetas, edificios rectangulares que servían de
enterramiento colectivo. La Cultura de
El Argar se caracteriza por ser una sociedad dedicada a la agricultura y a
la ganadería y en menor medida a la explotación del metal. Se acentúa la
diferenciación social con las sociedades de jefatura, hecho que se refleja en
la riqueza de los enterramientos. Se abandonan las tumbas colectivas y aparecen
los sepulcros individuales en cista o caja de piedra y en tinaja.
·
La
Edad del Hierro comenzó en la
Península en torno al 1.000 a.C. En esta etapa se inició el periodo propiamente
histórico de la mano de los celtas y de los primeros pueblos colonizadores:
fenicios, griegos y cartagineses. En esta época conviven rasgos autóctonos de
las culturas nativas con la influencia cultural exterior, que produce una
diferenciación entre los pueblos mediterráneos, más avanzados, y las culturas
del interior. La Edad del Hierro
trae, además, una serie de novedades importantes como la introducción del uso
del hierro, la utilización del torno de alfarero para la fabricación
cerámica que produce la estandarización de las piezas, la aparición de los
primeros textos escritos en lengua íbera, aún sin descifrar, que hacen que esta
etapa se conozca también con el término de Protohistoria.
EL ARTE RUPESTRE
Las primeras manifestaciones artísticas en la península ibérica tuvieron lugar en el Paleolítico superior (entre los años 40.000 y 10.000 a.C.) y se localizan en la zona de la cornisa cantábrica, por eso se conoce como arte rupestre cantábrico.
Destacan especialmente las pinturas halladas en las cuevas de Altamira y El Castillo (en Cantabria) y Tito Bustillo (en Asturias).
Estas pinturas, realizadas principalmente en cuevas profundas y oscuras, se han vinculado a motivaciones mágicas (favorecer la caza) o religiosas (cuevas-santuarios).
Los rasgos de estas pinturas son:
En cuanto al tema, predominan las figuras aisladas de animales, representadas con un acusado naturalismo. Aunque, también, aparecen signos abstractos y estampaciones de manos.
En cuanto a la técnica, se utilizan combinaciones de colores, es decir, la policromía.
Bisontes en la cueva de Altamira (Cantabria)
|
Más tarde, entre el Mesolítico o Epipaleolítico y los
inicios del Neolítico (entre los años 7.000 y 4.000 a.C.), en la vertiente
mediterránea se desarrolló el llamado arte
rupestre levantino, con características propias y sin ninguna relación con
el cantábrico.
Destacan las pinturas de las cuevas de Valltorta (en Castellón), El
Cogul (en Lérida), Fuencaliente (Ciudad Real), Alpera (Albacete) o Villar del
Humo (Cuenca). Estas pinturas, que se localizan en abrigos rocosos relativamente bien iluminados, presentan
características muy diferentes a las de la zona cantábrica. En cuanto al tema,
las figuras humanas asumen el
protagonismo y se las representa formando escenas
muy variadas: enfrentamientos armados, cacerías de diversos animales,
recolección de miel, etc., con un claro sentido narrativo.
En cuanto a la técnica, las figuras tienen formas muy estilizadas, casi esquemáticas,
y son prácticamente monocromas o combinan pocos colores,
apenas el ocre y el negro.
Escena de El Cogull (Lérida)
Pinturas rupesters en Fuencaliente (Ciudad Real)
BIBLIOGRAFÍA:
FERNÁNDEZ ROS, J.M., GONZÁLEZ SALCEDO, J., LEÓN
NAVARRO, V., RAMÍREZ ALEDÓN, G. Historia de España 2º Bachillerato. Proyecto La
Casa del Saber, Castilla-La Mancha. Santillana. Madrid, 2016.
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